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Clinton dedicará poco tiempo y mucho entusiasmo a la Unión Europea

Lluís Bassets

El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, dedicará muy pocas horas y energías a la Unión Europea durante su gira de una semana. por el Viejo Continente, que comienza mañana. Pasará apenas unas horas en la institución más emblemática de la Unión, la Conunon Europea. que preside Jacques Delors, aunque todos esperan que su viaje signifique una confirmación del compromiso norteamericano en Europa y una expresión de la estrecha amistad y comunidad de intereses entre Washington y Bruselas.

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La primera autoridad europea que recibirá a Clinton será el rey de los belgas, Alberto II, que le esperará hoy al pie de la escalerilla del avión en el aeropuerto de Bruselas.No habrá intervención del presidente estadounidense ante el Parlamento Europeo, que había cursado una invitación pero ofrecía una agenda sin márgenes de maniobra. La Casa Blanca sugirió que los europarlamentarios se reunieran en Bruselas esta tarde, pero la idea plantea dos inconvenientes mayores: la reunión de la Eurocámara en la sede, suplementaria de Bruselas, en vez de la habitual de Estrasbur901 podía molestar a Francia; y el día y la hora hacían prever la ausencia mayoritaria de los parlamentarios.

Clinton tendrá un paliativo del contacto con la representación popular europea: pronunciará un discurso sobre el papel de Estados Unidos en Europa en el Ayuntamiento de Bruselas, y después se paseará durante media hora por la Grand Place, donde los servicios de seguridad habrán seleccionado a las masas populares autorizadas a charlar con el hombre más poderoso del planeta. Para desconsuelo de muchos bruselenses curiosos, la esposa del presidente no le acompaña en la gira y no podrá pasearse con él por la bellísima plaza gótica de la capital europea.

La institución más emblemática de la construcción europea, la Comisión, que preside Jacques Delors, ocupará apenas tres horas de la agenda presidencial el martes, una vez terminada la cumbre en la sede de la OTAN. Clinton se entrevistará durante media hora con el presidente Delors y con el primer ministro griego y ahora presidente en ejercicio del Consejo de Ministros europeo, Andreas Papandreu. Fuentes de la Comisión han reconocido que se trata de una mera ocasión para posar ante los fotógrafos, que terminará con un almuerzo en el que participarán otros comisarios europeos.

Aunque los tres mandatarios ofrecerán una conferencia de prensa, su rápido contacto no conllevará ningún tipo de negociación. Paralelamente, sin embargo, se encontrarán el comisario de Comercio, Leon Brittan, y el embajador comercial estadounidense, Mickey Kantor, que discutirán sobre el seguimiento del Acuerdo Final de la Ronda Uruguay del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio), obtenido el pasado 15 de diciembre.

Apoyo a Maastricht

El mensaje de Washington para la UE (Unión Europea) consiste principalmente en una expresión clara y entusiasta de su compromiso con el Viejo Continente y de la comunidad de valores y de objetivos. Clinton recordará que, Europa es su principal socio comercial mundial, confirmará el apoyo norteamericano a la construcción europea y al Tratado de Maastricht y, ya en el capítulo defensivo que tendrá como escenario la OTAN, ratificará la función central de la Alianza en la organización de ' la defensa y la seguridad europeas y el mantenimiento de un umbral mínimo de fuerzas norteamericanas en el continente. Estas, son las cosas que Delors espera oir de boca de Clinton en su entrevista del martes, según aseguran fuentes de la Comisión.

El comunicado final de la cumbre atlántica, prácticamente ultimado, traduce claramente estos conceptos, con la salvedad de la cuestión comercial, de forma que aleja notablemente los fantasmas del aislacionismo y de la pérdida de interés de Washington respecto _a Europa. Nadie se llama a engaño, sin embargo, sobre el cambio de tonalidad en las relaciones: Moscú es de hecho el principal interlocutor en esta gira, y a la capital rusa está dedicado todo el cuidadoso despliegue de cautelas que envuelve la reforma de la OTAN. El principal problema en el continente es, así, consolidar la democracia en Rusia.

Es también un dato objetivo que el presidente Bill Clinton ha dejado pasar casi un año desde su toma de posesión antes de viajar a la capital de las instituciones europeas. Durante todo este tiempo su secretario de Estado, Warren Christopher, no ha perdido ni una sola ocasión en sus viajes a Europa para recitar las frases que querían oir sus socios sobre el compromiso norteamericano y el mantenimiento de sus tropas en suelo europeo.

Algunas frases de Clinton durante su campaña electoral y el aislacionismo tradicionalmente atribuido al Partido Demócrata levantaron suspicacias en el inicio de su presidencia, que aún no han sido despejadas claramente. La dedicación del presidente norteamericano a los países asiáticos emergentes ha suscitado también celos entre los europeos, que temen un desplazamiento del peso mundial hacia el eje transpacífico. La desaparición de los recelos europeos al término de su gira de una semana por el continente -hasta Moscú y vuelta a Ginebra el fin de semana- significaría un éxito rotundo para Clinton.

Algunos socios, como Francia, consideran que Estados Unidos debería jugar un papel más activo en la resolución del conflicto en Bosnia y así van a expresarlo durante la cumbre. Francia piensa en el momento en que sea necesaria una fuerza de grandes dimensiones, de difícíl formación a partir de recursos europeos, y considera también que la actitud negativa estadounidense es un principio de ruptura del vínculo transatlántico.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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