Yeltsin cierra en Bonn la polémica sobre la retirada militar rusa de Alemania

La polémica sobre la ceremonia de despedida de las últimas tropas rusas estacionadas en Alemania quedó cerrada tras el compromiso de celebrar una ceremonia conjunta logrado ayer entre el canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Kohl, y el presidente de Rusia, Borís Yeltsin, quien llegó ayer a Bonn para una visita de tres días. Yeltsin expresó el deseo de Rusia de participar en todos los organismos europeos y dijo en el banquete de anoche: "Una nueva Europa unida no puede ser un exclusivo club de elegidos".

Por la tarde, en la conferencia de prensa conjunta, Kohl había anunciado que la despedida de las tropas rusas se hará en Berlín, con su presencia y la de Yeltsin, el próximo 31 de agosto, pero será una despedida diferente de la de los aliados occidentales.Kohl se mostró dispuesto a apoyar el deseo de Rusia de incorporarse al Grupo de los Siete en el que participan los países con mayor riqueza del mundo. El canciller alemán dijo que se esforzará por incorporar a Rusia en la parte política del Grupo de los Siete, "por otra parte, nosotros y nuestros aliados occidentales esperamos de Rusia una coparticipación constructiva en la eliminación de las crisis europeas e internacionales".

Yeltsin aseguró que la Rusia actual no es la de hace 10 años, porque va por un camino democrático y hacia la economía de mercado, con más de la mitad de las empresas del país en manos privadas, "Rusia es un gran país, una gran potencia, y tiene derecho a ser tratada como tal y a participar en las decisiones del Grupo de los ocho ". Añadió Yeltsin que es consciente de que esto no se puede arreglar de golpe.

Esta idea de respeto a la condición de gran potencia hace que Rusia no acepte ser equiparada a sus antiguos países satélites y exija un protocolo adicional a la hora de negociar el ingreso en la llamada Asociación para la Paz propuesta para los Países del Este por Estados Unidos y la OTAN. Aseguró Yeltsin que Kohl le ha prometido la ayuda de Alemania durante la presidencia de la Unión Europea, que comienza el próximo 1 de julio, para conseguir el tratado de cooperación, y añadió: "No podemos olvidar que Rusia es un país europeo".

La visita de Yeltsin a Alemania estaba ensombrecida por la polémica sobre la despedida de las tropas rusas. Ni el Gobierno alemán ni los aliados occidentales deseaban realizar una despedida conjunta. Bonn considera que los aliados occidentales liberaron Alemania del nazismo, pero la Unión Soviética introdujo inmediatamente en la parte oriental de Alemania una dictadura comunista, que llegó a extremos de inhumanidad, como sembrar entre las dos Alemanias más de mil kilómetros de alambradas y campos minados, más el muro que cercó Berlín Oeste.

La segunda visita de Yeltsin a Bonn se produce en un momento de baja en la cotización del dirigente ruso, si se compara con la anterior, en noviembre de 1991, cuando cosechaba los laureles por su firme actitud ante el intento de golpe comunista de agosto del mismo año. El presidente federal alemán, Richard von Weizsäcker, lo recordaba ayer en sus palabras de saludo a Yeltsin al referirse a Ias imágenes de agosto de 1991, cuando usted, con riesgo de su vida, se opuso a la violencia y se comprometió en favor de los derechos humanos".

Con la discreción propia un buen anfitrión, el presidente Weizsäcker omitió cualquier referencia a los sucesos de octubre del año pasado, cuando Yeltsin asaltó a sangre y fuego el edificio del Parlamento ruso en Moscú.

No hizo lo mismo el canciller federal Helmut Kohl en el discurso que tenía previsto pronunciar en el banquete en honor del presidente Yeltsin celebrado anoche. Kohl mencionó no sólo las imágenes de agosto de 1991, sino también las de octubre de 1993, que "nos conmovieron profundamente".