Huracán español
Bruguera y Berasategui arrollaron a Courier y Larsson, y jugarán la primera final hispana del torneo
MANEL SERRAS No queda mas remedio que revisar los libros. Y dicen que estamos ante un momento histórico. El tenis español va lanzado por una autopista directamente hacia el cielo. Ni siquiera en los legendarios tiempos de Manuel Santana, Manuel Orantes y Andrés Gimeno se habían vivido momentos de tanta euforia.
Lo que ahora sucede no había pasado nunca. Es cierto que el relato de la historia indica que los jugadores españoles habían alcanzado hasta este año, 19 finales del Grand Slam. No es una cifra nada despreciable, sobre todo si se tiene en cuenta que supusieron la consecución de ocho títulos. Para un país que nunca ha superado las 100.000 licencias en tenis, esos son datos escalofriantes.
Sin embargo, todo eso queda empequeñecido ante la magnitud de lo acontecido en Roland Garros ayer, tres de junio de 1994. Ayer, Sergi Bruguera derrotó al norteamericano Jim Courier por 6-3, 5-7, 6-3, 6-3 en 2 horas y 57 minutos, mientras que Alberto Berasategui se imponía al sueco Magnus Larsson por 6-2, 6-4, 6-1 en una hora y 12 minutos. Vistos así, son datos intrascendente. La trascendencia de estas cifras es que supusieron que dos españoles alcanzaran a la vez una final de un Grand Slam. Eso no había ocurrido nunca. Y menos, que coincidieran con otra española clasificada para la final femenina, Arantxa Sánchez. Para España, pues, se trata de una efemérides difícilmente repetible.
Presión y potencia
Bruguera demostró que su tenis está en un óptimo nivel sobre tierra. Courier, que este año sólo había disputado la final de Niza, fue superado en todos los terrenos por la consistencia física, tenística y mental del español. Courier cometió un total de 64 errores no forzados, por sólo 29 de Bruguera. Ahí estuvo una de las claves. Pero está claro que si Courier falló fue porque Sergi le presionó, le mantuvo siempre en el fondo de la pista y no le dejó quitarse la presión.
Courier acabó hundido, incapaz de contrarrestar el juego incluso preciosista de Bruguera. En todo el partido sólo dudó en el seguindo set, donde dejó escapar una ventaja de 5-2. Al nivel que se encuentra, es difícil que pierda un partido. Y se hace difícil pensar que alguien pueda derrotarle. Incluso Berasategui.
El jugador vasco, de 20 años, ha sido indudablemente la revelación de este Roland Garros. Sin que nadie contara con él se ha metido en la final sin haber perdido un sólo set y con un tiempo récord de 8 horas y 14 minutos. Bruguera ha precisado de 11 horas y 11 minutos y ha cedido un set. Ayer, en la central, nadie se creía lo que estaba viendo. Los golpes contundentes, definitivos, sobre las líneas de Arrasategui causaron de nuevo exclamaciones de estupor. Y Magnus Larsson optó por aguantar cuanto pudo y marcharse de la pista con la derrota a cuestas y la única satisfacción de haber disputado las semifinales.Bruguera y Berasategui se han enfrentado cinco veces. El vasco ha ganado en una sola ocasión, en 1993, en Stuttgart. "Seguramente Sergi estaba cansado porque jugó muy mal el último set", comentó ayer Berasategui en su conferencia de prensa. "Pero ahora yo juego mucho mejor que entonces y tengo mucha confianza. Si me gana en la final será por su tenis, porque yo lo dejaré todo en la pista".
Resultados: Masculínos. Semifinales: Bruguera (6-1) vence a Courier (EEUU, 7º) por 6-3, 5-7, 6-3, 6-3; Berasategui, a Larsson (Suecia) por 6-2, 6-4, 6-1.
"Somos amigos, pero en la pista lo olvidaremos"
Sergi Bruguera disputará este año su segunda final consecutiva del Grand Slam y de Roland Garros. Es el primer tenista español que lo consigue, pero eso no parece preocuparle. Tanto él como Alberto Berasategui se refirieron al momento por el que atraviesa el tenis español y a la situación que se ha producido en París."Estamos viviendo algo histórico", dijo Bruguera. "Una final española y una finalista femenina es muy importante. Todos estamos contentos de haberlo logrado".
Sin embargo, el mayor problema ahora es ganar la final y anotarse su segundo título de los cuartos grandes torneos."Me siento muy bien conmigo mismo", comentó en su conferencia de prensa. "Estar en la final, con el cuadro que tenía y con todo lo que he debido superar estas dos semanas es muy importante para mí".
Bruguera explicó que nunca se planteó si llegaría o no a la final. "No, no quieres pensar en ello. Lo deseas. Pero yo no lo esperaba antes de comenzar el torneo. Tenía rivales muy difíciles y, además, defender el título me creó más presión que ganarlo la primera vez".
Sobre su partido ante Courier, explicó: "Creo que hice un gran encuentro y no permití que Courier me atacara nunca. Jim juega igual que en años anteriores, pero desde que perdió conmigo ha perdido confianza. Eso no significa que sea peor jugador".
Sergi no entró en profundidad en el tema de la final contra Berasategui. "Voy a tener muchas ganas de ganar. Somos amigos, pero en la pista nos olvidaremos de eso".
Berasategui no perdió la frescura de sus declaraciones, ni siquiera tras haber llegado a la final de Roland Garros. Se da cuenta de que a partir de este momento las cosas van a cambiar. "Han comenzado ya a cambiar", comenta. Pero él quiere seguir siendo el mismo "Me pedirán más entrevistas, me reclamarán en más sitios, pero personalmente no cambiaré", asegura.Sus palabras suenan sinceras y francas. "Deportivamente", dijo en su conferencia de prensa, "he cumplido ya todos mis sueños. No puedo pedir más. Mi objetivo cuando llegué al torneo fue pasar una ronda más que el año pasado. Pero ni siquiera podía soñar con llegar hasta la final".
Sin embargo, ahora se encuentra en ella y se plantea ya una posible victoria. "Bruguera es muy fuerte. Pero yo estoy tranquilo, he hecho todo lo que debía y más. No sentiré presión. Pero creo que tampoco él la sentirá. Si gano sería el no va más", dice. "Lo daré todo en la pista. Si me gana será porque tenísticamente habrá sido superior. Por nada más".
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