Desconcierto en EE UU sobre el alcance de las concesiones de Corea del Norte
El Gobierno norteamericano está tratando de aprovechar el clima favorable creado por la visita de Jimmy Carter a Corea, del Norte para buscar una solución negociada a la crisis con ese país por su programa de producción nuclear.Hasta el momento, sin embargo, nadie parece saber con certeza qué es lo que el ex presidente norteamericano ha conseguido de Pyongyang; qué es lo que el Gobierno norcoreano está dispuesto a hacer para intentar un arreglo, y cómo contestará Estados Unidos.
La mejor prueba del desconcierto actual es que Washington está, al mismo tiempo, preparando el reforzamiento de su dispositivo militar en Corea del Sur y aceptando negociaciones de alto nivel con Corea del Norte. De hecho, la reunión que el presidente Bill Clinton sostuvo el jueves con sus asesores de seguridad estaba destinada a estudiar distintos planes de despliegue militar. Sobre la marcha, cuando llegaron las primeras noticias optimistas de las gestiones de Carter en Pyongyang, Clinton decidió optar por las negociaciones, siempre que se pueda comprobar cuál es exactamente la voluntad del régimen norcoreano.La segunda y última reunión de Carter con el llamado Gran Líder Kim Il Sung, celebrada ayer, aportó otro elemento de confusión. Como muestra la transmisión de la cadena CNN -el único medio occidental autorizado a cubrir la visita-, Carter le dijo a su interlocutor que el Gobierno de EE UU estaba dispuesto a congelar las gestiones para aprobar sanciones económicas en el Consejo de Seguridad de la ONU, si Washington y Pyongyang volvían a negociar.
Inmediatamente después, el vicepresidente de EE UU, Al Gore, desmintió esa declaración de Carter y aseguró que, mientras no se produzca un cambio apreciable de la posición norcoreana, Washington seguirá adelante con las sanciones. "No sabemos si [los norcoreanos] están diciendo lo que nosotros esperamos que estén diciendo", afirmó Gore, reconociendo la desorientaci5n que reina en el asunto.
Carter, en Corea del Sur
Jimmy Carter regresó ayer a Corea del Sur para informar a las autoridades de ese país sobre los resultados de su misión en el Norte. Posteriormente viajará a Washington para discutir la situación con la Administración norteamericana.
Por el momento, los principales elementos de la crisis son los siguientes:
- Corea del Norte anunció a Carter que los dos inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) que están en Pyongyang no serán expulsados del país.
- El OIEA expresó ayer en Viena su satisfacción por el gesto norcoreano pero indicó que es necesario esperar unos días para ver cual es la amplitud de la concesión. "La cuestión está en que nos permitan controlar los siete emplazamientos [nucleares] declarados que hemos visitado en el pasado", declaró David Kyd, portavoz del OIEA.
- Bill Clinton reaccionó con mucha precaución, diciendo que, "si eso significa que Corea del Norte está verdadera y verificablemente dispuesta a suspender su programa nuclear", Estados Unidos está preparado para "reanudar conversaciones de alto nivel".
- Clinton podría anunciar en los próximos días el envío de tropas y aviones de combate a Corea del Sur para disuadir a Pyongyang de cualquier intento de ataque. El jefe del comando norteamericano en Corea del Sur, Gary Luck, ha advertido que necesita 400.000 hombres para proteger ese país, y que el despliegue debería empezarse cuanto antes.
- La embajadora norteamericana en las Naciones Unidas, Madeleine Albright, prosigue las consultas con los miembros del Consejo de Seguridad para la próxima aprobación de sanciones económicas contra Corea del Norte.
- Rusia indicó ayer que aceptará la imposición de sanciones contra Pyongyang si este país crea un "precedente de destrucción del sistema internacional de no proliferación nuclear".
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