'Arrigo Floro' no ceja
"¿En tu diario cómo lo llamas? ¿Benito Sacchi o Arrigo Floro?". A raíz de la derrota ante Irlanda, las instalaciones del Pingry School resuenan con las críticas al seleccionador italiano. La pregunta lanzada en tono humorístico por un periodista italiano tiene una segunda lectura más seria. A Sacchi, al igual que a Floro durante sus últimos días en el Bernabéu, se le acusa de imponer un sistema con tanta rigidez que se convierte en una camisa de fuerza. Uno de los enviados especiales de La Gazzetta dello Sport lanza el grito en grandes titulares: "Basta Sacchi. Debe liberarlos".Sacchi niega que su patrón de juego asfixia a los futbolistas que lo ponen en práctica. "Sólo nos faltó velocidad ante los irlandeses", insiste, "y profundidad en nuestras penetraciones por el centro. Sólo hay que seguir trabajando y no perder la compostura".
Admite, sin embargo, que el ambiente tras la derrota representa un peligro para los compromisos futuros. "Estoy disgustado por la derrota, pero hay que ser constructivo. No quiero entrar en una situación de autodestrucción".
Resulta evidente que los medios de comunicación presentes cada día en el Pringy School no han tardado en remover la movida. La estampida hacia Roberto Baggio se ha visto frenada, primero, por su ausencia del entrenamiento (molestias en el tendón de Aquiles) y luego por su negativa a hablar más de una vez a la semana. Otros jugadores se lamentan de la mala fortuna o de la falta de agresividad. Algunos reporteros italianos lamentan que a la hora de dar la cara el equipo muestra la misma falta de personalidad visible en el campo frente a los irlandeses.
El capitán, Franco Baresi, parece intimidado por el acoso periodístico a pesar de su veteranía. "Hicieron el pressing con más agresividad que nosotros", admite, "pero no hablemos de una superioridad física o táctica de los irlandeses porque no existió. Faltaron unas cosas muy importantes, pero no se puede discutir nuestra gestión colectiva del encuentro. Ahora debemos rehacernos ante Noruega con coraje, corazón y voluntad. Tenemos que llevar todo el agua al molino. Empezar a vacilar ahora podría ser fatal".
Los jugadores desvían parte de la culpa a la federación que, según ellos, no hizo un trabajo con la distribución de entradas entre la comunidad italiana. "Fue un disgusto tremendo", comenta Baresi, "salir al campo y descubrir a casi todo el estadio vestido de banderas irlandesas".
Sacchi ni reparte optimismo entre la afición italiana. "Los noruegos", avisa, "son más fuertes y más rápidos que los irlandeses".
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