Tres veces bueno

Los Nueve Bajo Cero son ya una Marca de fábrica con más de 15 años sobre sus espaldas, que guardan como oro en paño las viejas esencias del rythm and blues, defendiéndolas de los embates de las cambiantes modas musicales. No son nada modernos, pero da igual. ¿Para qué estar a la última, cuando la entrega en los conciertos en directo es total y las canciones que tocan -suyas o de otros- son ráfagas de tres minutos en las que se cuenta una historia de principio a fin? Dennis Greaves es un buen guitarrista y mejor cantante, capaz de hacer resurgir el Money de Berry Gordy con la intensidad necesaria. A su lado, un intérprete de armónica al que da gusto oír, Alan Glen. Juntos forman un tándem. incendiario, que causa asombro entre los intérpretes del género. Porque, si ya es difícil sobrevivir como grupo entre los parámetros de la música actual, más lo es haciendo la música que hacen. Ritmos y esquemas de la nueva ola y la música negra de siempre fueron desgranados en un concierto que, si bien no contó con un público excesivo, sí fue presenciado por una audiencia ansiosa de: recuperar el valor de las canciones de siempre.Entre los temas propios, Played tonight, Everything, Soft touch, Burn love y One way street sirvieron para hacer vislumbrar una salida del túnel de la música moderna, en el que una actitud o un look parecen tener más valor que la música misma. Y no es cuestión de falta de ganas de evolucionar, sino, más bien, de recuperar la pista buena que conduce a unos sonidos vivos, a partir de los cuales sí se puede construir algo. Lo bueno, si breve y caliente, tres veces bueno.