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Tribuna:MUNDIAL 94
Tribuna
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No hay equípos, grandes

Después de ver a Brasil, Alemania, Holanda, Argentina e Italia, hay que convenir en la necesidad de cambiar el tópico que afirma que no hay rivales pequeños. En realidad lo que no hay es grandeza en los equipos históricos. Ganan o pierden, pero en su juego prescinden de la cualidad que siempre distinguió a los mejores: categoría.Inspiración. De todos modos les queda la actitud y la inspiración de alguno de sus buenos jugadores. Roberto Baggio, que se había inhibido durante todo el partido, apareció en el último minuto para salvar a Italia del naufragio.Todo en contra. Italia tuvo casi todas las circunstancias puntuales en su contra. En primer lugar, un penalti a su favor que el árbitro no pitó. La expulsión injusta de una de sus últimas esperanzas, Zola, y la inhibición exasperante de Roberto Baggio, su mejor jugador. Sin embargo, el hecho determinante fue su mal juego.El orden de los factores. El fútbol es un juego que primero hay que sentir, y después pensar. Si invertimos los términos, el producto es de muy baja calidad.Nigeria. Le llegó la edad de la razón. Perdió frescura e inspiración. Quiere competir en seriedad con rivales más experimentados y apela a las permanentes infracciones para afirmarse defensivamente.Con el balón. Lo tuvo Italia pero lo manejó mecánicamente. Daba la impresión de hacerlo por obligación y no por gusto. Además la ausencia de Baggio le privó del talento imprescindible para fabricar ocasiones de gol. Nigeria se encontró con la lotería del gol, y renunció a disfrutar del juego porque pensó que de esa manera aseguraba el resultado.Sin el balón. Correcto Italia en la presión y el achique. Nigeria amontonó a casi todos de tres cuartos de campo hacia su portería y apeló a las faltas.Héroes. Faltando un minuto para terminar el partido los italianos eran villanos. Terminaron como héroes. La distancia entre el fracaso y el éxito a veces es tan breve que ni vale la pena considerarla.

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