Maldinino
El 22 de mayo de 1963 un apuesto defensa llamado Césare Maldini se convertía en el primer jugador italiano en alzar la Copa de Europa. Era en el estadio de Wembley, donde el Milan había conseguido derrotar al Benfica, a su vez verdugo del Madrid y del Barcelona en las dos finales inmediatamente anteriores. Césare Maldini pasaría a la historia como el prototipo del líbero.La invención de este puesto se la atribuyen varios (entre otros Helenio Herrera) pero nadie lo definió ni desarrolló como II Gran Césare, quizá el primer defensa de la historia del fútbol reconocido unánimemente como un gran jugador.
Maldini explicó a todo el mundo cómo había que desenvolverse en este puesto, cuáles eran las cualidades que exigía. Todas las poseyó en grado sumo y, sobre todas, la elegancia.
Cuando alzaba aquella Copa, tan perseguida por Italia, Paolo no eran¡ siquiera un proyecto. No visitó este mundo hasta mucho después (Milán, 26 de junio de 1968), pero demostró prisa por emular a su padre. Astilla de buen palo, destacó en seguida en Milanello, bajo la atenta mirada de papá Césare, que le enseñó los trucos de jugar en defensa sin necesidad del choque y de la entrada abrupta, sino con el amague, el recule, la atención, la colocación. Le enseñó el arte de llevar al delantero donde menos a gusto se siente, de provocar los movimientos del contrario, para hacerle perder el balón sin necesidad de despojarle bruscamente de él. Paseó por todos los puestos de la defensa y en todos se desenvolvió bien.
El sueco Nils Liedholm, ex compañero del padre en el Milan y a la sazón entrenador del equipo, le hizo debutar con 17 años. La víspera, algunos periodistas le preguntaron si no se excedía en su amistad con el Gran Césare. Se limitó a contestar: "Maldinino é buono".
Maldinino, Paolo Maldini, les ha dejado bien a Liedholm y a su padre. Ha brillado en la defensa del Milan de Sacchi (Tasotti-Costacurta- Baresi -Maldini) que ha hecho historia. Ha cubierto la baja de Baresi cuando ha sido preciso, sin el menor desdoro.
Con 26 años, es uno de los grandísimos del fútbol mundial, repitiendo una y otra vez las instrucciones de su padre para convertir lo que era un oficio rudo, en un arte. Encima, puede presumir de haber sido votado como el futbolista más sexy del Mundial de Estados Unidos.
Ahora le tendremos enfrente, en Boston. Un hueso duro de roer. Michel lo sabe bien, porque de no haberlo tenido enfrente en algunas ocasiones, su carrera podría haber sido otra.
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