Los muertos acechan a los vivos
En Goma, los muertos contaminan a los vivos. Un mecanismo macabro se ha desencadenado en la frontera de Ruanda con Zaire. Centenares de cadáveres, tal vez con enfermedades contagiosas, yacen abandonados en medio de una masa de refugiados en constante movimiento. Buscan desesperadamente el agua que tal vez les costará la vida.Entre los cadáveres que se amontonan en Goma hay muchos cuerpos de niños. La falta de agua potable, el cólera -endémico en la región- parece ser la causa de la muerte en masa de los refugiados, muy debilitados tras semanas de éxodo. Sólo en el campo de Munigi, Médicos Sin Fronteras asegura que se ha duplicado el número- de afectados por la enfermedad. "Muchos no sobrevivirán a esta noche", se lamenta Isabelle Tardieu, miembro de la organización humanitaria.
Los sospechosos caudales del lago Kivu, de donde beben los refugiados, pueden estar definitivamente contaminados por los cadáveres y los residuos fecales. Los centenares de miles de ruandeses desplazados por la guerra carecen de letrinas. Es muy dificil excavarlas en el suelo volcánico de la- región de Goma.
Para escapar del cólera y de una muerte que ellos creen segura, decenas de miles de personas han comenzado a huir de los campos de refugiados más afectados por la enfermedad. El éxodo se reanuda, esta vez hacia el Norte.
La amenaza volcánica
Acosados por la hambruna y amenazados por las epidemias, los ruandeses que se han refugiado en las cercanías de Goma aún no han escapado de todas sus calamidades. A unas decenas de kilómetros al norte de la ciudad zaireña, dos poderosos volcanes -el Nyiragongo (3.470 metros de altura) y el Nyamuragira (3.000 metros)- muestran indicios de actividad sin que sea posible evaluar los riesgos de una posible erupción, ya que no existen vulcanólogos en la zona.
Los representantes de las organizaciones humanitarias, abrumados por el flujo de refugiados, desearían tener más información. Recuerdan que a comienzos de 1977 se desmorono parcialmente el cráter del Nyiragongo y decenas de millones de metros cúbicos de lava se deslizaron hacia los valles. Uno de los ríos de lava se detuvo a apenas trescientos metros del aeropuerto de Goma, después de causar unos quinientos muertos.
El Nyiragongo, un volcán que oculta un lago de lava permanente, se despertó de nuevo en 1991 con la apertura de un cráter en su flanco oeste. "Nubes de ceniza y filamentos finos como un cabello empiezan a cubrir los pastizales y los cultivos", señala Jean-Louis Cheminée, director de los observatorios vulcanológicos del parisino Instituto de Física del Globo, y advierte que el cráter puede volver a desmoronarse.
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