El jefe militar hutu espera que no haya que recurrir otra vez a las armas
¿Vuelta a la lucha armada en Ruanda? "La opción militar no será utilizada sino en caso de extrema necesidad. No soy favorable a una solución por las armas", asegura el general Agustín Bizimungu, jefe del Estado Mayor de las derrotadas Fuerzas Armadas Ruandesas (FAR), refugiado en el noreste de Zaire, al igual que la mayor parte de sus tropas y de más de un millón de civiles, mayoritariamente hutus.
Bizimungu tiene un discurso moderado, aunque matizado de alguna amenaza. "Nuestra prioridad es reorganizarnos", asegura. La moderación dé su lenguaje se explica, tal vez, por la amplitud de la derrota de sus tropas ante las del Frente Patriótico Ruandés (FPR, mayoritaria mente tutsi).
En el nuevo cuartel general de las antiguas FAR, instalado por las autoridades zaireñas al borde del lago Kivu, al oeste de Goma, en un centro cristiano, el ambiente es de desbandada. Los cadáveres se pudren al sol, abandonados. Los soldados, desarmados, vivaquean en el más absoluto desorden. "Creo que las gentes de buena voluntad comprenderán nuestra causa y se la harán comprender al FPR para llegar a un compromiso: la gestión común del país" asegura el general.
El jefe militar se muestra dispuesto a aplicar los acuerdos de Arusha, suscritos en agosto de 1993 entre el Gobierno hutu (actualmente refugiado también en Zaire) y el FPR, hoy en el poder en Kigali. Preveían un ejército mixto, con un 60% de soldados de las FAR y un 40% del FPR. -"El mejor medio de garantizar la seguridad de la población", dice Bizimungu, "sería que el FPR aceptara este ejército nacional". El general niega haber incitado a las matanzas de' tutsis y está de acuerdo en que sean juzgados los culpables de atrocidad es, pero' señala que "el FPR también se ha visto envuelto" en ellas.
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