Vilallonga

En esta ocasión, cosa rara en él, no se ha subido oportunamente al carro de la actualidad deportiva, ofendiendo a todo el estamento futbolístico -es un deporte de maricones-, como le contestó hace meses a Feliciano Fidalgo en un dominical de EL PAÍS. Pero no es la primera vez -y me temo no sea la última- que José Luis de Vilallonga aprovecha las páginas que gentilmente le ofrece EL PAÍS para arremeter con frases hirientes a todo lo que considera despreciable. Así ha ocurrido ahora con la entrevista, publicada en el suplemento El País Madrid del lunes 27 de junio pasado, cuando insulta a los españoles en general, y a la ciudad de Madrid en particular. Y se queda tan ancho, no sé si en París o en Mallorca.,"París es otra cosa". ¡Pues qué bien! Este afrancesado -cosa en absoluto reprobable, y en la que podemos coincidir en muchos aspectos- aristócrata de no sé qué marquesado, que además procura recordamos que es escritor, periodista, actor, y cori adscripciones políticas que cambia de piel con camaleónica facilidad, no deja muy bien parada su devoción a los finos modales de la dulce Francia cuando ofende con sus opiniones, lindando con la grosería, a gentes e instituciones. Juicios que sólo suscitan asombro, repugnancia y tristeza.- Miguel Durán. .