La Operación Asfalto sigue teniendo distritos 'favoritos'
La Operación Asfalto, que desde hace seis años emprende todos los veranos el Ayuntamiento de Madrid, sigue teniendo sus distritos favoritos. En 1993 y 1994, cuatro de los 21 en que se divide Madrid (Centro, Ciudad Lineal, Chamberí y Retiro) se llevan el 32,45% de las calles asfaltadas (342 en total, según las listas facilitadas por el Ayuntamiento). Los cuatro barrios del furgón de cola (Villa de Vallecas, Moratalaz, Fuencarral y Vicálvaro) sólo se llevan el 7,3% de la tarta. El balance de las primeras cuatro operaciones era similar.
Sin embargo, alguno de los distritos ha pasado del primer vagon al último (caso de Villa de Vallecas) o al revés (Retiro) en los dos últimos años. ¿Quién decide qué calles van a recibir una nueva capa de maquilllaje negro? El Departamento de Conservación de Vías Públicas elabora la lista de las elegidas en función de la recomendación de los concejales de distrito. Los técnicos de esa sección municipal inspeccionan las calles recomendadas y decide su inclusión o no. Los ediles se llevan a veces sus buenos disgustos al ver cómo encoge su lista. El Ayuntamiento argumenta que los barrios más modernos tienen sus calles en mejor estado que los antiguos.Este año se gastarán 650 millones de pesetas en la operación, que comenzó el martes por la noche en la plaza de Neptuno. Con ese dinero, el total invertido en el reasfaltado de Madrid desde 1989 asciende a 5.048 millones de pesetas. Vicálvaro, por ejemplo, sólo recibirá la visita de las máquinas en una de sus calles. El año pasado fue Fuencarral-El Pardo el distrito que obtuvo ese galardón. En cambio Retiro ha visto compensada su paciencia: este año las apisonadoras rodarán por 18 de sus calles; el pasado sólo fueron cinco.
El periplo de la apisonadora
Como todos los finales de julio, desde hace seis veranos, el alcalde, José María Álvarez del Manzano (la tradición comenzó durante el gobierno de Agustín Rodríguez Sahagún), reúne a buena parte de sus concejales, a funcionarios y empresarios para mostrar la maqueta de Madrid con lucecitas encendidas para señalar los tramos pavimentados durante la cena. Luego los comensales le siguen para embetunarse los zapatos de tafilete en el petróleo fresco. Eso marca el comienzo del periplo de la maquinaria pesada por los calores del agosto madrileño.Los vecinos de la capital suelen despotricar contra el Ayuntamiento cuando ven que el piso de su calle sufre heridas (a manos de Gas Natural, el Canal de Isabel II u otra compañía de servicios) poco tiempo después de haber recibido una buena capa de alquitrán fresco. Para evitar este hecho el Ayuntamiento ha aprobado ya una ordenanza en la que se protege el asfalto nuevo contra la falta de previsión de las compañías.
Una calle en la que haya entrado la apisonadora de la Operación Asfalto no podrá ser horadada en los cuatro años siguientes. Y en caso de que corra mucha prisa abrir nuevas canalizaciones en calles. recientemente asfaltadas, éstas obras deberán ajustarse a los requisitos que establezcan los técnicos municipales.
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