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Un juez acusa de corrupción al ministro francés de industria

Enric González

El juez Renaud van Ruymbeke cree haberse cobrado, por fin, la pieza que persigue desde hace meses. El magistrado investigaba un caso de facturas falsas en 1988 cuando se cruzó con varios nombres conocidos, miembros destacados del Partido Republicano (PR). Tiró del hilo y en junio pasado reunió las primeras pruebas sobre un presunto delito de corrupción de Gérard Longuet, ex tesorero y presidente del PR, ministro de Industria y uno de los hombres fuertes del Gobierno conservador. Siguió investigando y el lunes remitió a las autoridades judiciales un informe en el que, según él, las sospechas quedaban lo bastante fundadas como para que se abriera una investigación que llevara al procesamiento de Longuet por malversación de fondos públicos y tráfico de influencias.Según Van Ruymbeke, el ministro se hizo construir en 1988 una villa de lujo en Saint Tropez (Costa Azul) por la. que pagó un precio muy inferior al que correspondía. Longuet desembolsó 2,52 millones de francos (unos 60 millones de pesetas), mientras a la sociedad constructora, Henri Céréda, sólo el. material y los jornales le costaron 3,1 millones de francos. Esta. firma opera en la norteña región de La Meuse, la circunscripción electoral de Longuet, y sin embargo, aceptó un encargo en el otro. extremo de Francia. El juez sugiere que el ministro compensó a los constructores con la adjudicación de obras públicas.

Grandes donaciones

La casa es sólo la más llamativa de las sugerencias aportadas por Van Ruymbeke al Ministerio de Justicia. Aparecen también grandes donaciones al PR (socio de la coalición Unión para la Democracia Francesa, que dirige el ex presidente Valéry Giscard d'Estaing) por parte de la Société Française de Radiotélép´hone, justo después de que a dicha sociedad le fuera concedida, en 1987, la explotación de una red de telefonía celular por el Ministerio de Comunicación; el ministro era entonces, precisamente, Longuet.El juez añade otro caso: dos sociedades creadas en 1987 por Longuet, Avenir 55 e Investel, se beneficiaron de jugosos contratos procedentes del grupo industrial Cogedim, beneficiario a su vez de las adjudicaciones del Ministerio de Comunicaciones. Investel se fundó con 62.500 francos. Dos años después, Longuet la vendió por 2,3 millones de francos.

El ministro afirmó que es inocente, que sus cuentas son "transparentes" y que se siente víctima de una "obsesión" del juez. "Pagué por la casa de Saint Tropez el precio normal de mercado, y aún más, elegí al constructor Céréda porque es un amigo y le tengo confianza", explicó.

Longuet ha descartado por completo1a posibilidad de dimitir, pese al precedente de Alain Carignon, que abandonó el Ministerio de Medios de Comunicación el pasado 17 de julio, justo antes de ser procesado por un presunto delito de corrupción.

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