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El fiscal cambiará con un atenuante su petición en el 'caso Pan Bendito'

El fiscal del caso Pan Bendito anunció ayer, durante la cuarta sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Madrid contra el cabo de la Policía Municipal José Manuel Villarejo, su intención de modificar su calificación provisional de los hechos para incluir un atenuante. Hasta el momento, el fiscal ha entendido que el cabo Villarejo cometió un homicidio al disparar, el 23 de agosto de 1991, contra Juan Andrés González, de 33 años. El acusador público le pedía 12 años de prisión.

El próximo miércoles, el fiscal entregará a la Sección Primera de la Audiencia de Madrid, encargada del juicio, un nuevo escrito con las anunciadas modificaciones. Fuentes jurídicas indicaron ayer que la intención del fiscal es introducir una atenuante en la conducta del policía Villarejo que podría reducir algo los 12 años de cárcel iniciales solicitados. No obstante, este extremo no pudo ser confirmado ayer.Para que concluya el juicio, sólo falta que las partes expongan sus conclusiones definitivas; ya han declarado el procesado, los policías que participaron en la persecución de Juan Andrés después de que éste robase un coche en la plaza de Ramales, los vecinos que presenciaron el mortal disparo del agente en Pan Bendito y los forenses.

El abogado del Ayuntamiento de Madrid, entidad a la que el fiscal considera responsable civil subsidiaria y le reclama 20 millones de pesetas para los hijos de la víctima, entiende que el cabo Villarejo debe ser absuelto porque actuó en legítima defensa. La acusación particular pide, por su lado, que la indemnización sea de 50 millones de pesetas, y considera un asesinato los hechos ocurridos en Pan Bendito en agosto de 1991.

De momento, los testigos se han reafirmado (aunque con algunas contradicciones) en que Juan Andrés fue abatido por el agente José Manuel Villarejo cuando se encontraba acorralado y reducido en un portal del marginal barrio de Pan Bendito (Carabanchel), en el que se refugió la víctima al verse perseguido por varios patrullas de la Policía Municipal.

El cabo Villarejo ha indicado al tribunal que disparó contra Juan Andrés en legítima defensa, después de que éste, durante un forecejeo, le hubiese quitado a su compañero, Carlos Ibáñez, el revólver y le apuntase con él.

Ayer, prestaron declaraciones los últimos testigos; entre ellos, una mujer que vivía en el mismo inmueble donde se produjo el disparo. María Muñoz indicó al tribunal que, al abrir la puerta de su casa, vio cómo el agente Villarejo disparaba Contra Juan Andrés (quien tenía antecedentes penales por robo) cuando éste ya estaba reducido, tumbado sobre el suelo y esposado.

Los abogados defensores del policía apelaron a los problemas de visión que sufría la testigo (tuvo gran dificultad -iba sin gafas- para, observar unas fotografías de la reconstrucción de los hechos) a fin de desacreditar su versión. "Soy cristiana y yo no miento", afirmó la testigo. "Puede tener problemas de visión, pero no está ciega", señalaron tras el juicio fuentes de la acusación particular.

Huellas en la pistola

Tambien declararon ayer expertos en dactiloscopia y personal sanitario del Doce de Octubre, donde Juan Andrés ingresó cadáver.

Los peritos indicaron que les había resultado imposible determinar las huellas que había en la pistola que, supuestamente, arrebató Juan Andrés González al agente Carlos Ibáñez, compañero de patrulla del procesado Villarejo. En el revólver había muchos fragmentos distintos de huellas, pero no ha resultado posible identificarlas, pese a que la pistola no había sido limpiada, afirmaron los peritos.

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