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Crítica:ROCK
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Lo tosco y sutil

Vinieron desde el Reino Unido dos de los grupos más mimados por la prensa británica especializada, así que tuvimos en el escenario de la sala Aqualung, y de una sola vez, a los Manic Street Preachers y a Suede, las bandas más engreídas que pululan por el éxito y la polémica. Los Manic Street Preachers comenzaron su actuación cabalgando sobre una música de intencionada dureza melódica, de sonido puntiagudo, finalmente histriónico y prefabricado. Acaban de publicar su tercer disco con el grandilocuente título de The holy bible, aunque tan pretenciosa personalidad no les reportara el éxito en Madrid. Los Manic se desgañitaron en los 12 temas interpretados, pero no pasaron de ahí porque no hubo más que un sonido espeso en el que los instrumentos no adquirieron protagonismo hasta su despedida, momento en el que emularon a los Who, tiraron la guitarra y empujaron la batería hasta el suelo del escenario.Suede es otra historia porque, a pesar de su manifiesta soberbia, tienen, indiscutiblemente, en su música la red que soporta sus malabarismos promocionales, fuego peligroso aunque de impecables resultados. A Suede le avalan dos discos con la ambigüedad como insinuación y con la música como provocación, que rompen de forma sorprendente con los esquemas que imperan en estos tiempos. En Suede hay glamour, como el que reinó en los no muy lejanos ochenta de la manó de los sublimes Smiths o del camaleónico David Bowie, algo que mana desde unas canciones que saben llorar sin apenas perder la compostura. Supieron vestir de luz su recital, desde un escenario apuntalado con blancas columnas que reflejaban los destellos rosas y amarillos que lanzaban los cañones traídos para la ocasión, y acompañados por una pantalla en la que no dejaron de sucederse imágenes que envolvieron el muy buen hacer del cuarteto. Brett Anderson, juguetón, bailón y entregado, maestro en la voz, compartió con sus tres músicos la tensión y habilidad necesarias para lograr que unas canciones de evidente complejidad resultasen cercanas.

Suede

Brett Anderson (voz), Simon Gilbert (batería), Mat Osman (bajo), Richard Oakes (guitarra).Manic Strect-Preachers James Dean Bradfleld (voz y guitarra), Sean Moore (batería), Richey James (guitarra y coros), Micky Wire (bajo y coros). Sala Aqualung. 1.600 personas. Madrid, martes, 15 di noviembre.

El jovencísimo guitarrista Richard Oakes demostró ser perfecto sustituto de su antecesor, Bernard Butler, difícil empresa en la que no defraudó. Suede dejó tras de sí un eco que, como un elegante aroma, permanece aún después de la despedida.

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