Estudiantes y parados
La gran mayoría de los árbitros que dirigen el fútbol en las divisiones inferiores son estudiantes, según declara el presidente del colegio nacional, Sánchez Arminio, y añade: "El dato no refleja más que la realidad del país, porque si casi todos los chavales de 18 años son estudiantes, es lógico que, proporcionalmente, éstos representen también la mayor parte de quienes se inicien en el arbitraje. Y también hay parados y funcionarios y médicos y abogados, de todo, como en cualquier otro gran colectivo". Sólo hay una diferencia: entre los 22 árbitros de Primera División no hay ningún parado. La popularidad también ayuda a encontrar trabajo.El arbitraje supone una ayuda económica según se va ascendiendo de categoría. Para algunos, un sobresueldo y para otros, la única fuente de ingresos. Hasta llegar a la profesionalización hay un largo camino y unos objetivos que cumplir. Puede llegar el momento en el que el camino sea a la inversa. En Tercera División, por ejemplo, no se permanece con más de 34 años, ni en Segunda B con más de 37, ni en Segunda División con más de 37. Al cumplir las edades establecidas, o se asciende de categoría o se desciende al fútbol base.
Los ascensos se obtienen por exámenes en las categorías inferiores y por informes en las superiores. Cada temporada los más destacados del fútbol base se someten a un examen teórico y a una prueba física. Quienes corren mayor distancia en 12 minutos y mejor se saben las reglas, ascienden; el resto, espera.
Por arriba, en las divisiones superiores, los árbitros están sujetos a criterios más subjetivos. El colegio nacional dispone de 60 delegados que asisten a los partidos de Primera y Segunda Divisiones para supervisar la actuación de los árbitros. En Segunda B son 160 los informadores que juzgan la técnica y disciplina de los colegiados. En uno y otro caso suelen ser ex árbitros que cobran 25.000 y 3.000 pesetas por informe, respectivamente.
Sánchez Arminio reconoce que tal procedimiento para juzgar la categoría de un árbitro puede conducir a recibir presiones externas: "Sí tengo constancia de recomendaciones que se han recibido para poner bien a tal o cual árbitro. Presiones siempre hay y las hubo, sobre todo, con motivo de la reducción del número de árbitros de Primera División de 32 a 22. Sobraban diez y algunos se movilizaron con personas influyentes para no quedar fuera. Por supuesto, nunca se han aceptado las recomendaciones".
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