"Mi vida es muy diferente a la pasión turca"
Dentro de una de sus facetas artísticas, la de actriz, Ana Belén estrena el viernes La pasión turca, dirigida por Vicente Aranda y basada en la exitosa novela del mismo, título de Antonio Gala. En el filme, es Desideria, una mujer de provincias que conoce la pasión sexual en Estambul junto al turco Yamam. Lleva meses de durísimo trabajo y a sus 44 años, Ana Belén muestra una extrema delgadez y una frialdad difícil de traspasar. Una frialdad que se convierte en tirantez cuando se le menta el tema de la próxima película de Pedro Almodóvar que ella iba a protagonizar y que finalmente realizará Marisa Paredes. "No tengo nada que decir. Nunca he dicho nada y no lo voy a hacer ahora".Pregunta: Dicen que con La pasión turca se ha jugado mucho. ¿Es consciente de ello?
Respuesta: La sensación que tengo no es la de jugármela más o menos por el mero hecho de que la película sea importante y de una gran envergadura. Tiene que ver mucho con mi carácter, pero cuando afronto algo nuevo lo hago con el mismo miedo y la misma sensación que si me estuviera examinando por primera vez.
P.:¿Tuvo dudas al aceptar el papel?
R.: No. Conocía la novela y tomé la decisión en dos horas, las que tardé en leer el guión.
P. ¿Ha encontrado algún rasgo suyo en Desideria?
R. No, somos bastante diferentes. Esto no quiere decir que lo que una aporta al personaje son cosas que llevas muy dentro.
P. ¿Cuál ha sido entonces su aportación a Desideria?
R. Cantidad de emociones que a la hora de interpretar uno impregna, por muy alejado que sientas al personaje. Todo ser humano lleva consigo dentro un montón de emociones, sólo basta que comprendas y entiendas al personaje para tocar la tecla adecuada y sacar esa emoción.
P. ¿Qué tiene de real Desideria?
R. Durante el rodaje en Turquia, no hacían más que decirnos muchas mujeres: 'Oh si yo te contara mi historia'. Yo nunca quise que me contaran la historia, con entender ésta era suficiente, pero-había cantidad de mujeres españolas casadas con turcos que se reconocían en esta historia. Cuando nos contaban sus vivencias, pensaba que no debía de ser muy diferente la historia de una mujer que se casa con un hombre de otra cultura y otra educación y tiene que amoldarse a ese país. Todo eso debe de ser muy duro.
P. ¿Ha llegado a comprender la pasión de Desideria?
R. Absolutamente. No la comprendería si río supiese todos los antecedentes del personaje, su vida anterior. Es entonces cuando empiezas a entender el porqué va a la búsqueda de algo que desconoce pero que está dentro de ella.
P. ¿Ha vivido alguna pasión tipo Desideria?
R. Pues no, porque afortunadamente mi vida es otra cosa.
P. La pasión turca ha sido su primer trabajo con Vicente Aranda. Como actriz, ¿qué destacaría de él?
R. Es muy curioso porque he comprobado lo que todos los actores me decían de él: que es un excelente director de actores. Es también una persona muy discreta. Lo que él hace es hablar mucho antes. y no sólo de la secuencia inmediata que vas a rodar o de la película globalmente, hablas de todo. Ha sido nuestra manera de acercarnos. Se dedica a observar, a darte la indicación adecuada. Es un excelente cómplice.
P. ¿Ha puesto reparos en realizar alguna escena erótica?
R. No, ninguno.
P. ¿Ha hecho alguna aportación a estas escenas o ha seguido las instrucciones de Aranda?
R. Hemos hablado mucho y la verdad que cuando llegas al rodaje ya hay poco que hablar. Hemos comentado mucho las escenas y hemos dado muchas vueltas. Pero al llegar al rodaje lo único necesario es que la gente sepa perfectamente cuál es su cometido y que esté lo más relajada posible.
P. Aranda ha dicho que usted le ha aportado sensibilidad más que erotismo a la película. ¿Se considera más sensual que erótica?
R. (Se ríe). No lo sé.
P. Cree lógicas las reticencias de los turcos con respecto al filme?
R. Los turcos estaban un poco alerta con respecto a la novela. Desde el momento en que se empezó a rodar, a Vicente Aranda le hicieron algún tipo de indicaciones que estaban bien y que aceptó estupendamente, porque cuando vives en un país y estás inmerso en esa realidad te das cuenta de muchas cosas. Por otra parte, Aranda no ha hecho una historia de buenos y malos. Cuando un director quiere por igual a cada uno de los personajes con sus grandezas y miserias me parece que es estupendo, hay que ser así de ecuánime.
Babelia
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