EI órgano de la iglesia de la Encarnación ya suena tras una restauración de cinco años
El instrumento se reinauguró anteayer con un concierto de obras del siglo XVIII
El órgano dieciochesco del Real Convento de la Encarnación vuelve a resoplar. Y mejor que antes, si cabe. Durante cinco años, el taller del maestro organero Luis Magaz ha trabajado en la restauración y perfeccionamiento -siempre con métodos tradicionales- del complejo instrumento, una joya del barroco español en cuya construcción tomó parte el célebre maestro Dávila, organero del Palacio Real. El reputado organista italiano Alberto Pavoni fue el encargado, el viernes, de volver a obtener suntuosas corcheas de su combinación de teclados, fuelles y tubos de estaño.
El programa del concierto -organizado por el Instituto Italiano de Cultura, bajo los auspicios de la Embajada de Italia- incluyó obras de músicos del Settecento, como Bach, Frescobaldi o los españoles Cabezón y Cabanilles.En el acicalamiento del órgano -patrocinado con 23 millones de pesetas por el Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, dependiente del Ministerio de Cultura- han tomado, parte, además de Luis Magaz, seis personas más entre oficiales, aprendices y colaboradores. "Era una empresa difícil", comenta el maestro organero -uno de la decena escasa de ellos que hay en España-, "puesto que casi todas las partes del instrumento estaban muy deterioradas e, incluso, muy mal retocadas".
Respeto de materiales
En efecto, chapuceras y baratas restauraciones anteriores -una muy desafortunada de un tal Sánchez en 1863, y otras de principios y de los años cincuenta de este siglo- habían desvirtuado muchas de sus principales características."La única solución era descomponer el órgano y poner mecanismos nuevos, aunque siempre respetando los procedimientos y los materiales -madera de boj y palisandro para el pedalero y los filetes, estaño y plomo para los tubos tradicionales", explica este joven -33 años-, pero muy experto artesano -lleva en el oficio desde los 17-. "Sólo la tubería y los fuelles originales, que estaban bastante bien, han sido respetados", continúa. "En España hay cientos de órganos contemporáneos de este tipo que necesitan reparaciones y poco dinero para hacerlo", reflexiona, melancólico, este enamorado de su oficio, que actualmente dirige otras dos restauraciones de los instrumentos de las colegiatas de Medinaceli (Soria) y Oña (Burgos). "Esperemos que restauraciones exitosas como ésta o como la reciente del órgano del Palacio Real animen a quien corresponda", apostilla.
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