La contaminación de la marea negra del 'Mar Egeo' duró ocho meses en el agua y los moluscos
La Administración analiza por primera vez un accidente de estas características
La contaminación por la marea negra de hace dos años de La Coruña -70.000 toneladas de crudo derramadas por el petrolero Mar Egeo en la boca de la ría de La Coruña- duró entre seis y ocho meses en sus principales indicadores. Así lo refleja un estudio encargado por la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Vivienda y realizado por el Instituto Español de Oceanografía (IEO), el Consejo Superior de Investigacíones Científicas (CSIC) y la Universidad de Santiago de Compostela. Es la primera vez que se realiza un informe de esta envergadura en España a raíz de una marea negra.
Medio centenar de investigadores ha participado en el estudio, que comenzó poco tiempo después de producirse el accidente, diciembre de 1992, y que fue entregado recientemente. Tiene unas 500 páginas y será publicado dentro de medio año.El estudio, que abarcó tres rías y la boca de las mismas hasta 100 metros más allá de la costa, refleja que la presencia de hidrocarburos en el agua fue cayendo entre febrero y septiembre de 1993. Matiza, sin embargo, que aumentó repentinamente en septiembre en la ría de Ares y en la boca de las rías afectadas. ¿Razón? El propio Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente (MOPTMA) removió "volúmenes importantes de sedimentos contaminados" -en palabras del estudio- en esta zona. El petróleo va pasando con el tiempo del agua a los sedimentos.
Dragado en septiembre
El MOPTMA dragó nada menos que un millón de metros cúbicos de arenas de esta zona para echarlas en las playas gallegas de cara a su regeneración. El estudio dice claramente que los análisis químicos mostraban que esas arenas estaban contaminadas, aunque visualmente los bañistas no notaran esa contaminación. Tal dragado volvió a llevar al agua la contaminación del petróleo, que se estaba asentando en el fondo, y dificultó los trabajos de investigación.Los análisis en mejillones, ostras, almejas y berberechos señalan también que seis meses después del accidente se produjo "una bajada intensa en las concentraciones de hidrocarburos en todas las áreas y especies estudiadas"; a partir del noveno mes seguían registrándose descensos en la presencia del crudo en estos seres vivos, pero a un ritmo inferior que hasta entonces.
Los mejillones más contaminados fueron los de la ría de Perrol (hasta 20 veces más contaminados que los de otra zona, la de Meirás, apenas afectada por el vertido); los menos, los de La Coruña. Los mejillones criados en bateas "podrían considerarse limpios" -según el trabajo científico- ocho meses después del vertido; aunque indica, para evitar inmiscuirse en competencias de la Xunta de Galicia, que el término "limpio" no quiere decir que se puede comercializar, ya que eso corresponde a las Administraciones.
La ría de Ares-Betanzos resultó la más afectada inicialmente por la contaminación del agua y la de Ferrol la que menos. Con el paso de los meses, a medida que la contaminación por petróleo fue pasando del agua al lecho marino -sedimentos-, la más perjudicada ha resultado ser la de Ferrol, y la de más rápida recuperación la de Ares. La ría de La Coruña permanece en niveles intermedios en ambas mediciones. En cualquier caso, los fondos más dañados son los de las bocas de las rías, donde la contaminación en esta parte se multiplicó por 28 entre abril y noviembre del año pasado.
Los estudios no han hallado, sin embargo, contaminación significativa en el plancton -composición y densidades- y en el sistema bentónico submareal -especies del fondo marino-, dada la "contaminación crónica de origen urbano e industrial" en la mayoría de las zonas afectadas por la marea negra.
No catastrófico
Señala el estudio que, en cualquier caso, el equilibrio de especies se restableció de forma importante ocho meses después del accidente. Concluye el estudio que las consecuencias en este aspecto "no han sido catastróficas", y "se han producido menos danos en el ecosistema de los que inicialmente podría esperarse".Se aprovechó el accidente para estudiar también los resultados de la aplicación de un concentrado de bacterias comepetróleo, que una firma comercial ha bía ofrecido como remedio para luchar contra este tipo de contaminación. La conclusión es que su efectividad es "relativa", ya que Ias bacterias degradan las fracciones menos tóxicas y deja las restantes, siendo un remedio parcial".
La principal dificultad de realizar análisis tras una marea negra radica en que en la mayoría de los casos no se tienen series precisas de datos de cómo eran esos ecosistemas antes del desastre. En el caso de La Coruña se ha podido hacer gracias a los estudios previos de la zona que habían hecho CSIC, lEO y la Universidad de Santiago.
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