La caída del peso obliga a Zedillo a reconocer los "graves errores" de su recién estrenado Gobierno
La primera crisis del recién estrenado Gobierno mexicano no ha tardado en llegar. Y con ella se desvanece el sueño de un brillante porvenir económico para México, al menos a corto plazo. El pasado jueves, un mes después de tomar posesión de su cargo, el presidente Ernesto Zedillo reconoció abiertamente que el hundimiento del peso mexicano -ha perdido un 60% de su valor respecto al dólar en una semana-, obedece a "graves errores de la Administración, daña el nivel de vida de la población y amenaza la estabilidad del país". Ese mismo día nombró un nuevo ministro de Hacienda.
Alguien tenía que pagar. Y en esta ocasión le tocó la papeleta a Jaime Serra, que ha sido sustituido por Guillermo Ortiz al frente de Hacienda. Ortiz, que abandona la secretaría de Comunicaciones y Transportes, era hasta hace un mes el subsecretario de Hacienda y por tanto responsable, en alguna medida, de la catastrófica situación de la moneda mexicana. Los partidos de oposición no han tardado en mostrar su descontento ante la actuación del Gobierno en la crisis de la devaluación.El izquierdista Partido de la Revolucion Democratica (PRD) consideró "insuficiente" el relevo de Serra. "Su dimisión no va a solucionar nada. Lo que hace falta es modificar el rumbo de la política econórnica", afirmó el senador Castillo. "El cambio en el Gobierno sólo demuestra que Zedillo no sabe qué hacer con la economía", agregó.
La confianza de los inversores
Por su parte, el derechista Partido de Acción Nacional (PAN) también mostró su desacuerdo con las recientes decisiones del Gabinete de Zedillo. "La situación actual del país constituye la crisis económica del siglo. Lo que es necesario es la democratización integral de México para solucionar los problemas. políticos y económicos. Si esto no sucede, muchas Chiapas pueden venirse encima", dijo el senador Héctor Terán.Otros portavoces del PAN expresaban su desconfianza ante, las verdaderas causas de la dimisión del responsable de Hacienda. "La salida de Serra responde más alas peticiones que hicieron los banqueros estadounidenses que a motivos de política interna, y sólo sirven para dar confíanza a los socios comerciales de México", declaró el senador José Ángel Conchello.
Los inversores extranjeros, principalmente de Estados Unidos, no disimularon su inquietud por la forma en que se ha conducido la crisis del peso y por la opacidad del proyecto económico del nuevo Ejecutivo.
Lo que demuestran los recientes hechos, según numerosos analistas mexicanos, es que la devaluación era una medida que se debía de haber tomado cuando aún gobernaba el anterior presidente, Carlos Salinas de Gortari, y que el conflicto armado en el Estado sureño de Chiapas -al que el propio Serra achacaba gran parte de la inestabilidad política y económica en el país-, no era el factor principal que provocó la devaluación del peso.
Las drásticas decisiones gubernamentales se han producido en un momento en que la distensión avanza en Chiapas despues de que el Ejército Zapatista de Liberacion Nacional (EZLN) aceptara a la Secretaría de Gobernación corno interlocutor válido en un conflicto que mañana cumple su primer aniversario.
Zedillo anunció "tiempos difíciles" para México, reconociendo claramente la magnitud de una crisis que viene de atrás. En este sentido, el obispo mexicano Genaro Alamilla, coincidiendo con varios análisis financieros, se refería a la que puede ser la segunda víctima de las convulsiones políticas y económicas del momento: Carlos Salinas de Gortari. "Salinas ocultó la crisis con tal de llegar a dirigir la Organización Mundial del Comercio, que sustituirá al GATT", aseveró Alamilla. El antecesor de Zedillo en la presidencia aspiraba a encabezar esa organización internacional. Pero ahora sus perspectivas se complican.
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