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Entrevista:

MÚSICO ROCKERO "Huyo de Madrid para que la frivolidad del éxito no joda el trabajo"

Con La vida por delante, su último trabajo, algo le ha pasado al Loco. En realidad, Loquillo sigue siendo el rockero más duro del Estado, pero a sus 34 años ha caído en la cuenta de que hasta la chupa más negra puede entonar con la poesía. "La miseria espiritual de los noventa es grande", dice convencido. Por eso, este relebelde ha encontrado ahora su causa en los poemas musicados por Gabriel Sopeña para su disco. Se pueden escuchar los versos de Octavio Paz con ritmos latinos o a Pedro Salinas con aire de jazz; otros de Gil de Biedma, Cesare Pavese, José Mateos o Pablo Neruda completan el disco. Aunque sea con rimas, todo habla de desiertos, edeficios plomizos, gatos callejeros y desgarros de ron. Este rockero de 1,95 metros de estatura no abandona su tema estrella: la ciudad.

Pregunta. Sobre todo Barcelona, de donde surgió en los años setenta...

Respuesta. Yo soy hijo de Barcelona y de su área metropolitana; quiero decir que soy barcelonés, no catalán. Toda la emigración está en esa área; una cosa es cómo se vive en la zona metropolitana y otra cosa es el resto.

P. Su rock nació en los extrarradios barceloneses del barrio del Clot.

R. Las ciudades cada vez son más urbes desvitalizadas, y el rock no es una cultura de usar y tirar. Yo me encuentro a gusto entre el rock y la poesía. Creo que combinan bien.

P. ¿Por eso ha decidido que su próxima gira sólo va a ser en teatros?

R. Sí, porque le quiero dar este aire más intimista.

P. ¿Cuándo en Madrid?

R. Antes de mayo estaré aquí, es siempre el primer sitio donde voy. Barcelona no te permite un solo error, sin embargo, Madrid, si me es una cagada, te perdona y te hace pasar los nervios más rápidamente.

P. Quiere que le empiecen a llamar Loco, ¿son las cosas de la edad?

R. ¡Jo, acabo de cumplir 34! El artista, cuando llega a los 30, ya no canta para los adolescentes. Por otro lado, también me parece mal que a un señor de 45 años se le condene a los bailes de salón... Es patético no querer crecer... ¡Yo no me veo con pantalones de surf y barba de chivo!

P. Lo suyo es el color negro y el pelo a contracorriente.

R. Si lo llevara largo me parecería a una fregona puesta al revés; sí, lo mío es el cuero y las botas, cada generación tiene su cruz.

P. Acaba de disfrutar de un largo retiro en Euskadi, vive en Barcelona, ¿dónde queda Madrid?

R. Euskadi es mi segunda casa, allí la gente es perfecta conmigo. Me he hecho en Madrid y aquí funciono, pero luego huyo para que la frivolidad del éxito no joda el trabajo.

P. ¿Ha llegado a conocer dónde llega el extrarradio de Madrid?

R. Yo sí, pero creo que el Rey se enteró el otro día.

La vida por delante, de Loquillo. Hispavox. 2.800 pesetas.

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