Terapia en la furgoneta
Un grupo de psicólogos trata a ejecutivos neoyorqu¡nos en el trayecto de casa al trabajo
Una quinta parte de la población activa norteamericana trabaja 50 horas 6 más a la semana. Entre los ejecutivos el porcentaje es notablemente superior. Padecen, como consecuencia, problemas de estrés, ansiedad, fobias, conflictos familiares, pero no tienen tiempo, por efecto de la misma sobrecarga, de permitirse una hora libre para aliviarse con asistencias psiquiátricas.El círculo vicioso han empezado a resolverlo dos psicólogas de Nueva York, las doctoras Strauss y Lennox, prestando el servicio terapéutico sobre una furgoneta. En lugar de acudir a la consulta, una furgoneta condicionada como una salita de estar, con flores y servicio de té, recoge a los ejecutivos en su domicilio, y la sesión terapéutica puede discurrir a lo largo del trayecto
Adicción al trabajo
El servicio, titulado Mobile Psychological Services, se anunció en The Wall Street Journal, en la revista Fortune y en otros medios estrechamente relacionados con los negocios y la psicología.
Desde marzo, en que comenzó la promoción, los pacientes recolectados se acercan a 60, los terapeutas. han ascendido a la media docena y la flota de furgonetas -cuatro actualmente- puede llegar pronto a la media docena. Según las doctoras que han concebido el proyecto, probablemente, en ninguna otra nación menos adicta al trabajo que Estados Unidos, esta empresa podría haber tenido tanto éxito, pero aquí su sistema patentado ha empezado a recibir solicitudes de franquicias.
De hecho, existe también un servicio de moda que muestra en el despacho o en casa las novedades que no tienen tiempo de ver en las tiendas las ejecutivas superocupadas. En cuanto al servicio terapéutico se presta no sólo ya en los itinerarios de casa al trabajo y viceversa. Se desarrollan también citas en el intervalo del almuerzo con la furgoneta aparcada en las inmediaciones de la oficina, y hay a su vez peticiones para aprovechar el tiempo de traslado al aeropuerto o el camino que hay que recorrer para visitar a un cliente.
La sesión cuesta 175 dólares (unas 22.000 pesetas) y recluta sobre todo a gentes de la llamada personalidad A, tipos propensos a la acción y compulsivos y con agudo afán de superación, como era de esperar.
Contra la crítica de que practican una especie de McTherapy, las psicólogas arguyen que su tratamiento es eficaz gracias al contacto directo con el paciente, que no dispensan los seudorremedios del teléfono, las consultas radiofónicas o los programas terapéuticos de la televisión, también en desarrollo.
Su éxito parece, por el momento, tan fundamentado que ahora las fundadoras del negocio proyectan, con vehículos algo más amplios, practicar también una terapia de grupo, con lo que esperan multiplicar los rendimientos del esfuerzo.
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