La parricida de Granollers exculpa a sus hijos ante el juez
Salieron con cara sonriente del edificio de los juzgados de Granollers, en libertad y sin fianza. Rosa Guardia Reverte, de 37 años, inculpada en el asesinato y posterior emparedamiento de su marido, José Torres Peña, de 50, exculpó ayer a sus hijos ante el titular del Juzgado de Instrucción número 5. Ella, por orden del magistrado, ha ingresado en prisión, pero sus tres hijos mayores, José, de 20 años; David, de 19, y Marisol, de 18, quedaron en libertad provisional.
Haciendo ostensible la uve de victoria ante un grupo de amigos del barrio de Can Gili que se había concentrado ante el juzgado, José, David y Marisol salieron del edificio en actitud eufórica y a cara descubierta. Una vez conseguida la libertad sin fianza, no les importó hacer público el gesto, a pesar de la gran expectación que el macabro parricidio había levantado entre los vecinos de Granollers.Los tres manifestaron, por boca de su abogado, José Redondo, que estaban dispuestos a conseguir la custodia de los dos hermanos menores, de 14 y 11 años, que están a disposición de la Fiscalía de Menores. La otra hija del matrimonio, Rosi, de 17 años, que denunció los hechos el día 6 ante la presión psicológica a que se veía sometida, declarará hoy ante el juez.
La actitud de Rosi fue criticada por sus hermanos. David llegó incluso a explicar a los periodistas: "Ya no es nuestra hermana por todas las mentiras que ha dicho tratando de culpar a toda la familia". De acuerdo con la versión de David, los hijos mayores no sabían nada del crimen. "Nos enteramos el mismo lunes, cuando llegó la policía y nos detuvo". "Lo importante", añadió David, "es olvidarse de todo este asunto y seguir adelante". El joven aseguró que quizá saldría de copas con los amigos por la noche, ante la sorpresa general.
Regreso al piso
Los tres hermanos expresaron su voluntad de regresar a la vivienda donde su padre estuvo emparedado durante 44 días. La brigada municipal de Sanidad del Ayuntamiento de Granollers, al conocer el deseo de los jóvenes, desinfectó el piso y, sobre todo, la habitación donde se ocultó el cadáver.
A pesar de mostrarse fríos y un tanto displicentes, José y David se acercaron en la tarde de ayer al cementerio para asistir al sepelio de su padre. En el acto sólo estuvieron presentes 12 personas, y entre ellas María Peña, de 76 años, madre del fallecido, que se había desplazado especialmente desde Fuentevaqueros (Granada).
"A mi hijo no lo veía mucho, pero tenía conocimiento de las constantes discusiones que mantenía con mi nuera", comentó María, que no acertaba a explicarse un desenlace tan trágico. "Mi nuera no es una persona violenta, a pesar de lo que han dicho algunos", añadió. "Mi hijo tenía problemas con la bebida, aunque creía que los había superado. No es normal lo que ha pasado. Por muy mal que se llevaran, podían haber echado a José de casa. Después de 20 años de casados no es lógico lo que ha sucedido. Fuera bueno o malo, era mi hijo y con él se podían haber adoptado otras medidas".
La madre de José estuvo acompañada siempre por Diego Martrín Torres, primo hermano del fallecido, que tampoco entendía el crimen. "Sabía que el matrimonio iba muy mal, pero no sospechaba que todo acabaría de modo tan macabro. José era una persona normal y corriente, aunque no niego que fuera un alcohólico, que ya estaba en tratamiento". Los vecinos del inmueble donde se aloja la familia seguían conmocionados ayer por el crimen y daban múltiples versiones sobre cómo sucedieron los hechos. Pero lo cierto es que la actitud de Rosa Guardia exculpando a sus hijos sorprendió a todos.
La madre durmió anoche en la prisión y sus hijos en el piso donde se produjeron los hechos. Están en libertad sin fianza, pero tendrán que comparecer en el juzgado los días 1 y 15 de cada mes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.