Pocas plazas de profesores de español en el extranjero, pese al crecimiento del alumnado
En la II República se creó la red oficial de centros docentes españoles en el extranjero. Y aunque poco queda de la fisonomía de aquellos centros pioneros, sí se conserva, su espíritu inicial. Con el tiempo, el Estado español se planteó la necesidad de superar el sentido casi asistencial de la oferta educativa Para la emigración de los años sesenta y setenta. Había que buscar nuevas vías para la difusión de la lengua y cultura españolas y, en 1991, se creó el Instituto Cervantes. Con él se completaba, al menos sobre el papel, la oferta educativa española reglada y no reglada. Una oferta bien diferenciada tanto en sus planteamientos como por la población a la que se dirige, aunque la principal diferencia está en los salarios, lo que provoca no pocos agraviosEn el curso1993-94, la oferta reglada española contaba con 821 centros, con algo más de 40.000 alumnos y una plantilla de 1.273 profesores. El pasado día 7 se publicaba en el BOE una nueva convocatoria de 150 plazas. Una oferta escasa a tenor de la elevadísima demanda, prevista en torno a los 2.000. Quien consigue una de estas plazas añade a la experiencia personal la ventaja de un sueldo que puede llegar a las 600.000 pesetas mensuales, y hasta un millón.
Instituto Cervantes
Por su parte, el Instituto Cervantes contó en 1994 con una plantilla de 359 personas (210 eran docentes), para atender a algo más de 20.000 alumnos "La demanda aumentó un 14% respecto al curso pasado", ex plica José Manuel Blecua, director académico de este instituto, quien confirma los agravios comparativos entre los sueldos de los docentes del Cervantes y los de los centros reglados. "Nuestros sueldos oscilan entre las 165.000 pesetas que se pagan en Egipto y las 350.000 pesetas que se pagan en París o Nueva York. Pero esto es producto de nuestra situación jurídica; no tenemos funcionarios, sino personal contratado".
"Parece desorbitado, pero es que los docentes de centros reglados en el exterior se rigen por la normativa de los funcionarios de Exteriores", aclara José Manuel Pérez Carrera presidente de la Asociación de Profesores de Español, organizador unas jornadas sobre la enseñanza española en el exterior esta misma semana en Madrid. Reconoce, sin embargo, que esta práctica puede considerarse "de lujo", justamente por el sueldo.
En el curso 1993-94, ésta era la red de centros:
Centros de titularidad del Estado español (imparten las mismas enseñanzas regladas, no universitarias, que en España): 9 en Andorra, 1 en Colombia, 2 en Francia, 2 en Guinea Ecuatorial, 1 en Italia, 10 en Marruecos, 1 en Portugal y 1 en el Reino Unido.
Centros de titularidad mixta (participa el Estado español, cuya dirección deben ejercerla funcionarios españoles y sus enseñanzas conducen a una doble titulación): 1 en Argentina y 1 en Brasil.
secciones españolas o bilingües en centros de titularidad de otros Estados que imparten áreas del sistema educativo español que completan las propias de otros países: 2 en Alemania, 2 en Estados Unidos, 10 en Francia, 3 en Holanda y 2 en el Reino Unido.
Secciones españolas en escuelas europeas (la titularidad es de la Unión Europea y las enseñanzas regladas se imparten desde la perspectiva dé una educación multicultural y plurilingüe): sólo hay 7 en toda Europa y ninguna en España.
Por último, existen los programas específicos para hijos de residentes españoles. Se trata de agrupaciones y aulas de lengua y cultura españolas para atender a los alumnos que no cuentan con estas enseñanzas en el sistema educativo en que están escolarizados.
En una de estas agrupaciones,. en la ciudad de Nueva York, ha impartido clases de lengua y literatura españolas, durante los últimos seis años, Mariano del Mazo Unamumo. Este bisnieto del insigne escritor se muestra satifecho de la experiencia obtenida. "He vuelto porque la ley sólo permite ejercer fuera durante seis años. Mi labor consistía en enseñar a los hijos de residentes españoles, sobre todo diplomáticos, pero también a los hijos de los emigrantes que, pese a las apariencias, siguen llegando a Nueva York".
El título que ofrecen estas agrupaciones no tiene un reconocimiento académico oficial, un aspecto que, según este catedrático de lengua, puede influir en el perfil del alumno que asiste a estas clases. "Lo frecuente es que haya más demanda en el nivel de primaria, porque los adolescentes sienten cierto rechazo hacia la cultura de sus padres".
Tampoco María José Calvo deseaba regresar de París, donde ejerció entre 1989 y 1994 dando clases de historia y arte en un centro de titularidad pública española, o sea, en un liceo español: "La verdades que el prestigio de los centros españoles no es equiparable al de los liceos franceses en España, por ejemplo, pero el de París está por encima de todos los que he conocido".
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