Telecontroladores
Las asociaciones de espectadores aumentan su ofensiva contra las 'maldades' de la televisión
Una veintena de asociaciones observa cada día con lupa la televisión. Escarban en los canales buscando imágenes violentas, pornográficas, sexistas, discriminatorias o irreverentes. La entrada en vigor de la directiva comunitaria sobre Televisión sin fronteras, que prohibe la emisión de sexo y violencia desde las 6.00 hasta las 22.00, ha proporcionado la base legal para el alud de iniciativas telecontroladoras.
Esa maraña de organizaciones toma la forma de asociaciones de telespectadores, grupos de defensa de la familia, colectivos pro derechos del niño, observatorios universitarios, amas de casa y consumidores. La más activa es la Asociación de Telespectadores y Radioyentes (ATR). En diez años han captado 10.000 socios. La mayor parte son "pasivos" y se limitan a pagar una cuota anual. Hay también un selecto equipo ocupado en peinar las televisiones para verificar el cumplimiento del Código Ético de Protección al Menor firmado por las cadenas y el Ministerio de Educación en abril de 1993. "En caso de quebrantamiento evidente o reiterativo de las normas deontológicas, lo denunciamos ante la opinión pública o ante los juzgados", afirma Mercedes Álvarez, portavoz de la ATR.
"Organizaciones como ésta se dedican en realidad a orquestar cruzadas morales. Utilizan las peores artimañas de la caza de brujas para que las rejillas de programación respondan a sus planteamientos ideológicos", asegura Alejandro Perales, miembro de la junta directiva de la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC). "Actúan como lobbies morales, pretenden confesionalizar la vida pública y usan los mismos métodos que la Inquisición y presionan elaborando listas negras de las empresas que insertan sus anuncios en los programas que consideran obscenos o inmorales", añade el portavoz de AUC.
Francisco Lacalle, secretario general de Acción Familiar, rechaza comparaciones. "Manifestar una opinión no es ejercer de inquisidor. Hacemos saber a la gente, apelando a la libertad de opinión, cuál es nuestra postura respecto a determinados programas". "Velamos por la infancia desprotegida y por el cumplimiento de la normativa europea que regula la emisión de imágenes violentas, sexistas o degradantes". Para ello, Acción Familiar mantiene "contactos habituales" con otras asociaciones de ideología conservadora como las Escuelas Familiares Agrarias, Más Vida y Testimonio 2000, y "contactos muy fluidos" con la ATR. De hecho, la sede que ambas asociaciones tienen en Madrid están en el mismo edificio. Ideológicamente, Acción Familiar defiende la doctrina del- "humanismo cristiano", aunque, según acalle, "somos ajenos a la jerarquía eclesiástica". No niegan, sin embargo, que "algunos de los 14.000 socios" pertenezcan al Opus Dei, "de la misma manera que tenemos del PP, del PSOE y de IU".
Ána Mato, miembro del PP en la Comisión de Control de RTVE, admite que su grupo mantiene "contactos" con la ATR en casos concretos. El PP apoyó la campaña contra la emisión por TVE de la película La última tentación de Cristo y la lucha "contra las escenas escabrosas en horario infantil". En su ofensiva contra Esta noche, sexo, que presenta Isabel Gemio, SOS Familia ha distribuido estos días miles de tarjetas para que las marcas dejen de anunciarse en el programa de Antena 3. Esta aso¡ación, que cuenta con 20.000 ocios, defiende "los principios e tradición, familia y pro¡edad".
"Cada uno de los ocho millones de hogares tiene su modelo ideal de televisión", apunta Manuel Corral, portavoz de TVE. Martí Perarnau, su homólogo de Antena 3, entiende que quienes elaboran listas negras "denotan un tono dirigista, tanto hacia los programadores como hacia los telespectadores". "Desconozco", dice, "a quiénes representan y qué intereses ocultan, pero muestran cierto aire de censura,".
Antena 3 anunció el año pasado la creación del Defensor del Telespectador. La plaza está vacante porque la cadena no ha encontrado "el perfil adecuado".
La asociación para los derechos del niño Prodeni ha llevado a Antena 3 ante el fiscal general del Estado por considerar que la serie Canguros vulnera la directiva europea sobre protección del menor. José Luis Calvo, presidente de Prodeni, considera que "hay mucha gente que se erige en defensor de los telespectadores y pone bajo sospecha a los profesionales de la televisión y a los programadores. Creemos que éstos tienen derecho a un margen de confianza".
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