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Muere Harold Wilson, líder laborista británico que gano cuatro elecciones a los conservadores

Harold Wilson, la más relevante figura política del laborismo británico desde la II Guerra Mundial, falleció ayer a los 79 años en el hospital londinense de Saint Thomas a unos pocos metros del palacio de Westminster. Wilson, que llevó a la victoria al Partido Laborista en cuatro ocasiones diferentes, en los años sesenta y setenta, y que puso fin a 13 años de Gobierno conservador, murió solo en la habitación del centro sanitario donde había sido ingresado el domingo, al producirse un agravamiento en su estado fisico. Wilson padecía una larga y penosa enfermedad.

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El Parlamento de Westminster rindió ayer homenaje a la memoria de un hombre que dirigió los destinos del país en una de las más turbulentas fases de su historia. Huelgas salvajes, problemas internacionales de la envergadura del causado por la rebelión de lan Smith en Rhodesia en 1967, devaluación de la libra y una dificultosa relación con su partido marcaron sus cuatro Gobiernos en 1964, 1966, y en 1974 (dos veces). Su inesperada dimisión, en 1976, estuvo durante años envuelta en la bruma de conspiraciones políticas de altos vuelos nunca demostradas.Wilson llegó al número 10 de Downing Street con un considerable bagaje de experiencia política. En 1947, a los 31 años, se había convertido en el miembro más joven del Gabinete de Clement Attlee reforzando la imagen de brillantez y precocidad que habían hecho de él un catedrático de Oxford a la improbable edad de 21 años.

Una pipa y un abrigo

Su rostro de inglés prototípico, su pipa y su tradicional abrigo contribuyeron a dotarle de una imagen de marca bastante más sólida que la que le procuraron algunas de sus diletantes actitudes políticas. Políticos conservadores y compañeros en las filas del laborismo dedicaron ayer frases elogiosas a lord Wilson, cuya memoria había quedado, sin embargo, notablemente oscurecida a raíz de su abandono de la Cámara de los Comunes en 1983.

Sólo su principal rival político, el conservador Edward Heath, quién le venció en las elecciones de 1970, tuvo la valentía de ir más allá de las frases convencionales al calificarle de "personaje indeciso". Algún otro miembro de las filas tories se atrevió a resaltar incluso una cierta similitud entre Wilson y John Major, actual primer ministro conservador. Según Bernard Ingham, secretario de prensa de Margaret Thatcher, Wilson se enfrentó como Major en sus sucesivos mandatos a la tortura de tener que lidiar con un indisciplinado partido al borde siempre de la ruptura.

Tony Benn, miembro de uno de los Gabinetes presididos por Wilson, le recordó como el primer ministro progresista que defendió hasta el final la claúsula IV en la constitución Laborista. Esta claúsula, el ultimo vestigio marxista del laborismo, acaba de desaparecer de los estatutos del partido. En todo caso, Wilson se esforzó por convertir al laborismo en lo que los tories han reclamado siempre para ellos, ser "el partido natural de Gobierno". A lo largo de sus sucesivos Gobiernos, coincidentes todos ellos con una fase aguda de declive económico, Wilson se apuntó algunos tantos progresistas como la abolición de la pena de muerte y la más discutida puesta en marcha de las escuelas generales, hoy ampliamente criticadas por su ingobernabilidad.

Tony Blair, nueva estrella laborista, lamentó la muerte de Wilson, "que pone fin a, una vida de extraordinario servicio al país y al partido. Era un hombre cálido y decente, sin la menor afectación. Tanto en privado como en público, tras abandonar el cargo, fue una fuente de apoyo y de inspiración para todos nosotros".

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