La familia de Cuiña posee un tercio de las áreas vendidas en un polígono de la Xunta

Xosé Cuiña, consejero de Obras Públicas de la Xunta y secretario general del PP gallego, gastó 1.241 millones para construir en Lalín (Pontevedra), su pueblo, un parque industrial que permanece semivacío. Un tercio de las parcelas que pudieron venderse fueron adquiridas por las empresas de la madre del propio Cuiña, dedicadas a complementos de la construcción y que en los últimos años han abastecido de material a obras promovidas por el Gobierno regional.

La Consejería de Política Territorial y Obras Públicas ha promovido en los últimos años un plan de construcción de parques empresariales en toda la comunidad con resultados que pueden calificarse de insatisfactorios. El Ejecutivo regional se ha gastado casi 10.000 millones en suelo industrial para pequeños municipios que, sin embargo, apenas ha sido utilizado.Uno de los proyectos más ambiciosos fue el del parque denominado Lalín 2000, construido en el pueblo natal del consejero Cuiña, de 20.000 habitantes, cuyo presupuesto (1.241 millones) superó incluso el del parque empresarial de la ciudad de Pontevedra, que ha costado 1.060 millones. La inversión por metro cuadrado en el polígono de Lalín ha sido de 3.200 pesetas frente a las 2.000 de media en los restantes, según datos de la Xunta.

Desde su inauguración, hace dos años, sólo se ha vendido menos de la décima parte del terreno y únicamente se han levantado las naves de tres empresas. Entre las primeras industrias en comprar parcelas figuran las sociedades de las que es accionista la madre de Cuiña, Isolina Crespo, de 72 años, y la firma comercial del socio de ésta, José Ramón González, otro empresario local.

La empresa de carpintería metálica Inasus, de la que fue gerente el propio delfin de Manuel Fraga hasta 1987, compró 3.750 metros cuadrados por casi 30 millones, según datos enviados por la Xunta al Parlamento autónomo. Este precio no coincide con la valoración realizada por la propia sociedad, que, en su rendición de cuentas ante el Registro Mercantil de Pontevedra, estima que los terrenos industriales cuestan 26.440.287 pesetas.

Otra empresa en la que participa Isolina Crespo (Metaldeza), que suministra estructuras metálicas para edificios, adquirió. 2.500 metros cuadrados por 20 millones. Portadeza, que comercializa puertas y derivados de madera, se hizo con 1.250 metros cuadrados por casi 10 millones, al igual que Industrias González, dedicada a la carpintería de aluminio. A excepción de Portadeza, estas firmas han abastecido de material en los últimos años a importantes obras ajudicadas por diversos departamentos de la Xunta. En conjunto, facturan anualmente 2.000 millones.

Las empresas de Isolina Crespo y sus socios ocupan casi la tercera parte de la superficie del parque vendida en dos años. Ninguna se ha instalado todavía. Tienen las parcelas contiguas unas con otras (de la llamada A-2 a la conocida como A-8), identificadas con los panelesde cada firma, a la entrada del polígono, en el lugar de mejor acceso desde la carretera que une Santiago de Compostela con Orense.

Cuiña explicó a este diario que las empresas de su familia se instalaron desde el primer momento en el parque paria "dar ejemplo" e intentar atraer a otras. Destacó que todas ellas pagaron el precio estipulado y tuvieron acceso a los terrenos en las mismas condiciones que cualquier otra firma. Cuiña todavia confia en que el polígono acabe contribuyendo al desarrollo de la zona y justifique la inversión realizada.

De hecho, el fracaso del parque Lalín 2000 no ha interrumpido los planes de la Xunta. En la actualidad está construyendo otro gran polígono a sólo 10 kilómetros de la localidad natal de Cuiña, en el municipio de Silleda. Esta política de suelo industrial del Gobiemo de Fraga le ha acarreado duras críticas no sólo de la oposición parlamentaria, sino incluso del presidente de la patronal gallega, Antonio Ramilo, identificado con el PP.