Con acento extranjero
Los ciudadanos de otros paises residentes en España quieren sentirse españoles a través del voto
Están interesados en todo lo que ocurre en España -"¡por supuesto que sabemos quién es y qué ha hecho Luis Roldán!", exclaman-, en su comunidad y, sobre todo, en su municipio. En esta ocasión, únicamente los holandeses, los noruegos, los suecos y los daneses, en su mayoría personas mayores que eligieron el litoral español para vivir tras su jubilación, podrán participar activamente en los comicios municipales, previa inscripción en el censo electoral. El resto de los europeos tendrá que esperar hasta 1999, de acuerdo con el criterio de reciprocidad al que se ha acogido España y que explica que los noruegos puedan participar a pesar de no pertenecer a la Unión Europea: "No nos sentimos unos privilegiados", aseguran, "porque es un derecho que hace años reconoció Noruega a los 7.000 españoles que viven allí".Pese a que las asociaciones en las que se integran clamaban por su derecho a intervenir en la elección de alcaldes, se han demostrado apáticos y el voto extranjero no pasará en esta ocasión de ser puramente testimonial. De los cerca de 7.000 ciudadanos de esos cuatro países que podían inscribirse en Alicante tan sólo lo han hecho 806. De ellos, 239 residen en L'Alfás del Pi, un ejemplo de relaciones internacionales Con un censo de 10.000 habitantes (el 60%, extranjeros), conviven en el pueblo 54 nacionalidades.
Los noruegos Margaret Bjornstad, Peder y Solfried Gjelsten e Iver Grotting, la sueca Betty Flyborg y el danés John Schmidt llevan años en L'Alfás y esperan "con estusiasmo" que llegue el 28-M, en el que por vez primera se plantarán con sus pasaportes ante la mesa electoral, para oír del presidente la palabra mágica: "Vota".
"Será fácil decidirnos porque conocemos a toda la gente, a los candidatos, y hemos leído los programas". Margaret abandonó hace diez años Noruega y se instaló en este núcleo en su búsqueda de tranquilidad, mejor calidad de vida y -un clima- benigno. Como ella, Peder, Solfried e Iver saben perfectamente que, aunque son pocos, todos los partidos se disputan el voto extranjero conscientes de que dentro de cuatro años serán ellos los que decidan quién ocupará el sillón: "Sí que están interesados, porque cada día nos llegan cartas de los partidos, y los programas se han editado en varios idiomas. por nosotros".
Schmidt asegura que esos programas son similares, independientemente de la ideología de quienes los defienden, "pero yo estoy contento con el alcalde de ahora, porque en los 15 años que llevo aquí he visto cómo se ha transformado el pueblo hasta convertirse en centro de atención de toda la comunidad internacional". El regidor es el socialista Antonio Fuster, que repite como cabeza de lista para un quinto mandato.
Grotting es un ejemplo de la mayor deficiencia de la que se quejan los extranjeros. A pesar, de dominar varios idiomas, el castellano se le resiste. Por eso lo primero que reclama este colectivo es personal políglota en todos los órdenes cotidianos, desde el de la policía local hasta el de la asistencia sanitaria y, sobre, todo, el del servicio de cobro de impuestos. "Ahora todos los partidos prometen habilitar una oficina para extranjeros en el Ayuntamiento cuando en Mijas lleva años funcionando".
La comunidad extranjera, perfectamente integrada en L'Alfás, ha adoptado el inglés como idioma común. "De esta forma podemos aclaramos" en esa torre de Babel.
Solfried recibe clases de historía, arte y literatura españolas: "Me interesa mucho porque vivo aquí y debo conocer el país lo mejor que pueda". Todos ellos, sin excepción, participan en las actividades que organiza -y organizan- la Casa de Cultura, el edificio más dinámico de la localidad. Allí estudian, leen, hacen teatro y se divierten de lo lindo.
Reclaman mejoras en las infraestructuras, mayor conexión entre el casco urbano y las urbanizaciones en las que residen y medios de transportes colectivos modernos para salvar la incomunicación.
Confiesan que están "enganchados" al juego de la petanca, que practican con regularidad, y mantienen a diario relaciones sociales con la vecindad, aunque para ello se vean obligados a conducir. Les interesa todo: desde el tratamiento de los residuos sólidos hasta la pertinaz sequía que afecta a la provincia de Alicante, y por eso lamentan que las infraestructuras hidráulicas se deterioren. sin que nadie ponga remedio. "Se pierde la mitad del agua por este problema, y el control en el consumo no es aquí el adecuado por carecer de contador particular" aseguran.
Betty Flyborg, al igual que su amiga Margaret, trabaja siempre que puede en los grupos de voluntariado que asisten a los extranjeros con problemas. Ellas acuden regularmente al centro de salud y sirven de intérpretes a médicos y asistentes sanitarios. Entre sus aficiones destacan dos: las tertulias y las marchas campestres. Por eso piden a las autoridades que editen libros, folletos y mapas con descripción, de las montañas, parajes de interés y senderos.
Al final, matizan: "Somos residentes, vivimos como españoles, comemos como españoles, amamos y defendemos a España, pero todavía nos sentimos extranjeros". Quizá les faltaba el voto.
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