El Gobierno colombiano atribuye al narcotráfico el atentado de Medellín
A sueldo, probablemente de narcotraficantes, un comando de jóvenes guerrilleros de los barrios marginales del noreste de Medellín fue quien colocó la carga de 10 kilos de dinamita ue el pasado sábado mató a 22 personas y dejó heridas a más de 200, en su mayoría artesanos y vendedores ambulantes.
"Los autores materiales están vinculados a grupos de milicias y es probable que el acto haya sido consecuencia de un negocio", declaró ayer el ministro de Gobierno (Interior), Horacio Serpa, desde el Palacio de Nariño, sede del Ejecutivo.Serpa facilitó el primer parte oficial de la investigación después que el director de la policía, general Rosso José Serrano, se entrevistara con el presidente Ernesto Samper, para ponerle al tanto de las pesquisas. La acción terrorista hace temer al Gobierno por una nueva ola de violencia indiscriminada en la ciudad que fuera feudo de Pablo Escobar y que, después de su muerte, en 1993, había empezado a recuperar la calma.
El ministro descartó una de las hipótesis que con mayor insistencia se han manejado: una venganza por la captura, el viernes pasado, del señalado jefe del cartel de Cali y gran rival de Escobar, Gilberto Rodríguez Orejuela. "No hay ningún vínculo entre este hecho criminal y la captura de Rodríguez OreJuela", pero "se continúan haciendo indagaciones adicionales para ver si el crimen tiene que ver con los carteles de la droga", precisó.
Como reconoció el ministro, el informe presentado ayer "no es concluyente". Quedan muchos cabos sin atar a cinco días de que el estallido de la bomba, camuflada en El pájaro, obra del escultor Fernando Botero, padre del ministro de Defensa, Fernando. Botero Zea, interrumpiera trágicamente el baile de unas 1.500 personas congregadas en el parque San Antonio.
¿A qué grupo guerrillero pertenecen, entonces, los siete detenidos, incluida una mujer? Se sabe que las organizaciones más conocidas son las Milicias Populares, influidas por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), y las Milicias Bolivarianas, brazo urbano de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Ambos iniciaron, hace un año, un proceso de reinserción que también ha tenido un alto precio en vidas: más de 10 de sus miembros han sido asesinados.
Si no hay vinculación entre la captura de Rodríguez Orejuela y el acto terrorista de Medellín, pero sí existe algún nexo con otro grupo narcotraficante, ¿de qué organización se trata? Algunas especulaciones señalan al llamado cartel del Norte del Valle, en su origen ligado al cartel de Cali, pero distanciado posteriormente cuando adoptó los métodos violentos del cartel de Medellín.
Entretanto, en las afueras de Bogotá, en un paraje conocido como Siberia, fue hallado ayer el cadáver acribillado a balazos y con muestras de tortura del jefe de contraespionaje de la policía secreta colombiana, José Mardoqueo Cuéllar. La violencia también llegó al sur del país. Una persona murió, otra resultó herida y otras 26 fueron detenidas durante una operación antidrogas en la que se destruyó un gigantesco laboratorio de procesamiento de narcóticos.
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