Amenaza de cisma en la Iglesia católica austríaca tras 'el caso Groer'
400.000 firmas exigen una reforma
El enfrentamiento en la Iglesia católica de Austria, tras el escándalo del 'caso Groer', el cardenal acusado de, pedofilia, amenaza con dividirla irremediablemente. La postura agresiva e intransigente de los ultraconservadores ha llevado a algunos políticos a exigir la renuncia de su máximo exponente, el obispo de St. Pölten, Kurt Krenn, cuya vida y obra se han transformado en una cruzada contra el imparable movimiento de reforma.
En una acción sin precedentes, 400.000 católicos austriacos han firmado ya una petición popular para reformar la Iglesia católica, motivados por diferencias doctrinales con el Vaticano y las denuncias de pedofilia contra el cardenal arzobispo de Viena, Hans Hermann Groer, que aún sigue encabezando procesiones, oficiando misas en la catedral de San Esteban y ordenando sacerdotes.La plataforma Nosotros Somos la Iglesia exige en su petición abolir el celibato obligatorio, la ordenación de mujeres sacerdotes, establecer la igualdad dé derechos para divorciados y la posibilidad, de vetar a obispos impuestos por el Vaticano. La reunión de firmas -que sobrepasó la meta inicial de 100.000- fue apoyada por numerosos sacerdotes, teólogos y profesores de religión. Hasta el nuncio apostólico Donato Squicciarini ha tenido que pronunciarse: "He leído con mucho detenimiento la docuentación de la petición popular", dijo. ispos más liberales aseguraron que esta iniciativa de reforma no era una herejía, y que era imposible "ignorar la voz de cientos de miles de personas".
En su afán provocador, el obispo ultraconservador Krenn ignoró primero los resultados de la petición popular, advirtiendo que la Iglesia "no es una estructura democrática". Después causó indignación nacional cuando la comparó con el referéndum que anexionó Austria, en, 1938, a la Alemania nazi. En una entrevista televisiva dijo que esto había demostrado que "el pueblo austriaco" tenía la "tendencia a equivocarse" y finalmente advirtió que no había que tener "fe ciega en la democracia".El antecesor de Krenn, el obispo Frank Zak, ha dicho que la, comparación con la época nacionalsocialista era "grotesca' y el presidente del, Parlamento, Heinz Fischer, advirtió que no es posible que un obispo intervenga "en los principios básicos de nuestro sistema pólítico". La líder del Partido Verde, Madeleine Petrovic, afirmó que el obispo era "una verdadera vergüenza para la Iglesia".
Thomas Plankesteiner, profesor de religión y uno de los iniciadores del movimiento de reforma, afirma que la reforma no cuestiona la fe, sino que quiere dar fin "á un sistema totalitario"'.
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