El Gobierno abre la posibilidad de que no haya cierres de astilleros si demuestran su viabilidad

La primera reunión negociadora en el sector naval se desarrolló ayer en medio del desacuerdo, aunque abrió una puerta a la esperanza. El presidente del grupo Astilleros Españoles, Carlos Martínez de Albornoz, aseguró al inicio de la reunión que "se trata de un plan abierto a la negociación", y sugirió la posibilidad de no realizar cierres si se demuestra la viabilidad de los astilleros afectados (Cádiz y Sevilla). Los sindicatos representativos -CC OO, UGT, ELA-STV, CIG y CAT- se oponen radicalmente al ajuste y quieren que esas modificaciones se concreten hoy o mañana. De lo contrario, harán una huelga general el jueves día 20. El plan recoge una reducción de 5.200 empleos (el 60%).

Albornoz también aseguró a la prensa que la fecha del próximo 15 de agosto para acabar las negociaciones está "señalada" por Bruselas para informar a los países miembros de la Unión Europea y que "ha sido tratada por el Ministerio de Industria con la Comisión Europea". Sin embargo, los sindicatos también quieren que se retire esa fecha tope.El presidente del grupo de Astilleros Españoles pidió a las centrales sindicales que identifiquen los elementos de negociación y que presenten propuestas para su discusión. Martínez de Albornoz añadió que la voluntad de la Administración es llegar a acuerdos", y resolver "un problema de competitividad en un mercado globalizado". El ministro de Industria, Juan Manuel Eguiagaray, aseguraba ayer mismo en Radio Nacional: "No tenemos ninguna intención de desmantelar la industria de construcción naval. Por el contrario, queremos mantenerla en condiciones de competencia". También mostró su confianza en que el proceso de reconversión "se acuerde en breve".

Reunión previa

Previamente al diálogo con la División de Construcción Naval del INI, los cinco sindicatos del sector mantuvieron una reunión para aunar criterios y llevar una postura homogénea ante la Administración. El punto que cuenta con un mayor rechazo de los representantes de los trabajadores es el cierre definitivo de los astilleros de Cádiz y Sevilla. Tampoco aceptan la reducción de las plantillas en 5.200 empleos. "No es necesaria una reducción tan drástica de los puestos de trabajo", afirman. Además, consideran necesario que se rejuvenezcan las plantillas, ya que tras los ajustes de las dos anteriores reconversiones la edad media de los trabajadores se ha situado en 49 años.La fecha final del 15 de agosto para negociar se ha, constituido en uno de los obstáculos. Los sindicalistas creen que no hay ninguna justificación y hoy martes, responsables de CC OO y UGT viajarán a Bruselas para entrevistarse con un representante de la Comisión Europea, Constantin Andropoulos, y conocer de primera mano si existe esa premura para negociar, tal como afirman las autoridades españolas, o cuentan con más margen. Su propuesta es que se abra el plazo de diálogo y que se siga negociando a lo largo del mes de septiembre. Carlos Martínez de Albornoz mostró ayer cierta flexibilidad en ese punto y declaró a la prensa: "Si no fuera esa fecha no debería alejarse demasiado. No queremos dar ningún ultimátum, aunque yo si creo que hay tiempo para la discusión. Hay que desdramatizar esa fecha".

Al rechazo de los trabajadores y de los sindicatos se siguen sumando los partidos políticos. Ayer el grupo parlamentario socialista de Cantabria presentó una proposición de ley para que el Consejo de Gobierno de esa comunidad paralice el actual plan estratégico en lo que afecta a Astander, según anunció ayer en Santander el diputado Manuel Garrido.

Por su parte, Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, a través de su portavoz de Economía, Francisco Frutos, aseguró que el plan del naval está "fuera de todo sentido común".

Problemas en los privados

Las dificultades en los astilleros no se circunscriben, sin embargo, al ámbito público. Después de siete meses sin cobrar sus salarios y con la empresa en situación de quiebra los trabajadores de la privada Astilleros Reunidos del Nervión (ARN) han optado por pedir el cierre, informa Eva Larrauri. El comité de empresa quiere que este trámite se realice de inmediato para iniciar la negociación de las indemnizaciones corespondientes. ARN, con un pasivo superior a los 7.000 millones de pesetas, es el último astillero privado que sobrevive en la ría del Nervión tras el cierre en los últimos años de cinco empresas dedicadas a la construcción de buques.