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Nuevos ataques racistas en diversos lugares de Alemania

Los neonazis parecen afectados por la ola de calor que recorre Alemania: al amparo del fresco de las madrugadas se dedican a atacar estos días a extranjeros y sus residencias en diferentes puntos del País. Al mismo tiempo, la diputada del poscomunista Partido del Socialismo Democrático (PDS) Ulla Jelpke ha denunciado que las estadísticas de los servicios secretos alemanes no recogen todos los casos de atentados ultraderechistas y asegura que en 1994 pasaron por alto al menos 22 casos de muertos como consecuencia de violencia xenófoba.El miércoles, en Dresde, un par de neonazis persiguieron por las calles de la capital sajona a un jordano al que dieron alcance en una gasolinera, Tras romperle varios huesos, lo dejaron allí tendido.

En la madrugada del jueves le tocó el turno a una casa habitada por yugoslavos en un pueblo de Baja Sajonia. Por suerte para ellos, los inquilinos, una familia de siete miembros, estaban de vacaciones y la casa se encontraba vacía. Ardió el techo y los daños se estiman en 100.000 marcos (8,6 millones de pesetas). En las paredes dejaron los autores su huella: las siglas SS y la frase "¡Fuera esta basura!".

Ayer resultó afectada una residencia de turcos que al mismo tiempo cumplía funciones de mezquita. En horas de la madrugada llegaron los asaltantes e incendiaron la casa de la familia turca con cócteles mólotov.

Estadísticas engañosas

Estos hechos xenófobos coinciden con la denuncia de una diputada del PDS, quien acusa a las autoridades policiales y de los servicios secretos de no registrar en sus estadísticas todos los hechos con una componente xenófoba.

Jelpke presenta ejemplos concretos de atentados xenófobos con muertos que no aparecen en los balances sobre el asunto recién publicados por los servicios secretos. Por ejemplo, el incendio el año pasado de una casa en Stuttgart en la que murieron siete personas y la policía atribuyó a causas desconocidas. Ahora uno de los incendiarios ha reconocido haber actuado por odio a los extranjeros. Tampoco aparece por ninguna parte entre los muertos de la xenofobia un polaco a quien una pandilla tiró a un canal en Berlín al grito de "¡polaco de mierda!". El polaco se ahogó.

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