Los rusos asaltan la comisaría de una ciudad chechena para desalojar a un grupo guerrillero
Las frágiles negociaciones de paz entre el Kremlin y los independentistas de Chechenia se vieron ayer gravemente amenazadas por la violencia en la ciudad de Argún, donde las tropas rusas, apoyadas por artillería y helicópteros, asaltaron la comisaría central de policía y trataron de desalojar al comando dirigido por el guerrillero Alaudi Jamzátov, que se había atrincherado allí el domingo. Las noticias que anoche llegaban de Argún a pocos kilómetros de Grozni, la capital chechena, eran confusas y contradictorias en lo que se refiere a la extinción de los focos de conflicto.
Fuentes militares rusas en Chechenia aseguraron a la agencia Interfax que los guerrilleros habían sido "prácticamente aniquilados" y que sólo algunos habían podido escapar del asalto federal. A primera hora de la tarde, los portavoces oficiales habían lanzado las campanas al vuelo asegurando ya que la comisaría había sido asaltada con éxito en poco más de una hora.Sin embargo, la agencia informó posteriormente de que los tiroteos se habían hecho más intensos y se habían desplazado al centro de Argún. A tres kilómetros de la comisaría, un corresponsal de Itar-Tass dijo ser testigo de tiroteos con ametralladoras de gran calibre y cañones de tanques.
Sobre el territorio cercano a la comisaría se habían formado densas nubes de humo. Durante el día, carros blindados habían recorrido Argún con altavoces a través de los cuales se pedía a los habitantes que desalojaran la localidad.
Los sucesos comenzaron el domingo por la noche cuando un grupo de guerrilleros, cuyos efectivos en aumento se calculaban ayer entre 200 a 300, tomó la comisaría. Alaudi Jamzátov aseguró a los periodistas haber sido nombrado jefe militar de Argún por el mismo líder checheno, Dzhojar Dudáiev. "Estamos dispuestos a morir. Un hombre que lo ha perdido todo no tiene miedo de nada", dijo el jefe guerrillero.
Jamzátov es considerado un hombre próximo a Shamil Basáiev, que en junio pasado asaltó el hospital de Budiónnovsk, en el norte del Cáucaso, y tomó centenares de rehenes en una aventura saldada con un centenar de muertos. Según datos del Ministerio del Interior, a Jamzátov, de 39 años, se le imputan ocho asesinatos cometidos antes del conflicto bélico de Chechenia, entre ellos el de su suegra, a la que cortó supuestamente la cabeza, y otros 12 durante la guerra.
El asalto de las tropas federales tuvo lugar después de que Aslám Masjádov, jefe del Estado mayor de Dudáiev y máxima autoridad militar de la delegación negociadora chechena, era "incapaz" de convencer a sus guerrilleros de que abandonaran la comisaría, lo que obligó al mando federal a utilizar la fuerza para desalojar a los guerrilleros.
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