Un terrorista secuestra un autobús con 27 pasajeros a bordo cerca del Kremlin
Un terrorista, enmascarado y armado con un Kalashnikov secuestró a las 17.30 de ayer (15.30 hora peninsular española) un autobús con 27 pasajeros en las inmediaciones del Kremlin, justo en el puente que en 1987 sirvió de pista al alemán Mathias Rust cuando éste realizó la proeza de aterrizar con una avioneta en la plaza Roja. Diez horas y media después, cerca de las tres de la madrugada en Moscú, y cuando el secuestrador aún mantenía a seis rehenes, la policía intervino, dio muerte al captor y liberó a los rehenes. Ninguno resultó herido.
En el autobús secuestrado viajaban 25 turistas surcoreanos que iban a visitar la plaza Roja, además del guía y el conductor. Todos trabajan para la empresa surcoreana Hunday que, al parecer, se ocupará de renovar el parque automovilístico de Moscú. Viajaron a la capital rusa como premio por su gestión en la firma de este acuerdo.El secuestrador pidió 10 millones de dólares de recompensa, que luego rebajó a un millón, y amenazó con que un cómplice haría estallar una bomba en uno de los cinco aeropuertos de Moscú si se hacía fracasar su acción. A lo largo de la tarde inició la liberación de los rehenes. Primero salieron siete mujeres, y más tarde, por tandas, grupos mixtos de pasajeros, hasta quedarse con sólo seis: cuatro pasajeros, el guía y el conductor, todos hombres.
El vehículo permaneció las diez horas y media que duró el secuestro en el lugar conocido como la cuesta de San Basilio. Allí se desplazaron políticos, periodistas y curiosos. El alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, dirigió la operación, que contó con la colaboración, en las negociaciones, de diplomáticos de la Embajada de Corea del Sur en Moscú. En el lugar de los hechos también se encontraba el general Alexandr Korzhakov, jefe del servicio de seguridad del presidente Borís Yeltsin. Fue el alcalde Luzhkov quien, al filo de las tres de la madrugada (dos horas menos en España), anunció el fin del secuestro: "El bandido murió en un intercambio de disparos".
A primera hora se había especulado con que el captor era de nacionalidad norcorean. El alcalde Luzhkov desmintió en la madrugada esta información. "No sabemos quién es, pero probablemente es un ruso de alguna región del sur", afirmó Luzhkov.
Operación policial
La operación policial se produjo cuando dos negociadores discutían con el secuestrador la entrega del millón de dólares, depositado en una furgoneta de la banca privada Mostbank que quedó aparcada frente al autobús a las 2.20 de la madrugada moscovita, una media hora antes del fin del suceso.Pocos minutos antes de las tres, los negociadores entretuvieron al secuestrador mientras un grupo de agentes especiales se encaramaba al vehículo y, se introducía en él por detrás. Aparentemente, varios agentes habían logrado deslizarse previamente bajo el autobús. Desde onde estaban los periodistas se vio el humo de los botes lanzados por la policía y se oyeron varios disparos.
Contingentes del OMON, el cuerpo de intervención especial del Ministerio del Interior, tenían acordonada la zona desde que se conoció el secuestro, y habían reforzado también la seguridad en los aeropuertos de la capital ante la posibilidad de que el terrorista intentara utilizar uno de ellos para darse a la fuga.
Moscú estaba tranquila y semidesierta anoche, sin que el secuestro alterara la vida de la capital. Hasta ayer, en Moscú no se había producido ninguna captura masiva de rehenes, aunque este tipo de suceso -con los independentistas chechenos como protagonistas- se ha repetido en la zona del en norte del Cáucaso, la última de ellas en la localidad de Budionnovsk con un saldo de más de 120 muertos.
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