"La fama hizo que olvidara entrenarme"
MANEL SERRAS Berasategui se encuentra ahora entrenándose en Barcelona con Javier Duarte y Jordi Burillo. Su temporada está a punto de finalizar. Le quedan tres torneos, uno en Essen (Alemania) sobre pista rápida cubierta y los dos restantes en Suramérica sobre tierra batida. Los cambios de superficie constantes han marcado su año: no ha logrado recuperar la confianza en su derecha. Sin embargo, Duarte asegura que regresar a la élite y volver a triunfar en Roland Garros depende exclusivamente de él: "Si lo intenta de verdad, no a su manera, hará uno, dos o tres años más buenísimos. Tiene tenis para lograrlo".
Pregunta. ¿Qué ha ocurrido este año?
Respuesta. No me preparé tan bien como el año pasado. Y para estar arriba hay que prepararse bien y estar fresco mentalmente. Empecé el año jugando mal y cuando llegó la defensa de los puntos del año anterior noté la presión. Me faltaba confianza, llegaron los nervios. y las cosas no salieron. Por otra parte, las designaciones de la ATP no me ayudaron en nada. Hacía dos torneos en tierra y otro en pista rápida, y no lograba dar continuidad a mi trabajo. La asociación me designó para 11 torneos y nueve de ellos fueron de pista rápida y cubierta, lo peor para mí. Además, sufrí lesiones: bajón de glóbulos blancos, el codo, una verruga que se me infectó en el pie. Sin embargo, sé que la culpa de lo que me ha ocurrido es básicamente mía.
P. Cuándo comenzó la temporada, ¿tenía la impresión de que no estaba a punto?
R. Sabía que no estaba a tope, pero pensaba que cuando llegara a la tierra batida me pondría en forma. No fue así. Ni siquiera en el Godó llegué a jugar bien. No tenía confianza. No tenía la misma claridad de ideas, ni sabía que cada derecha que tocara iba a ser casi casi definitiva. No fue de la noche a la mañana.
P. ¿Le frustra ver que su derecha' no funciona, que es incapaz de hacer lo que sabe?
R. Sí, es bastante frustrante. Y me lleva a pensar en negativo en muchas ocasiones. A veces incluso renuncio a defender mis bazas. Cada deportista ti ene su Alberto Berasategui. bache y yo lo estoy pasando ahora. Pero sé que para salir de él sólo hay una forma: trabajando a fondo y haciendo una buena preparación de invierno. Ése es el motivo por el que voy a renunciar al Open de Australia. Mi temporada empezará en febrero.
P. ¿Le aPectó haberse convertido en un tenista famoso?
R. Pensaba que no iba a afectarme. A veces me hace gracia. Ahora creo que sí. Tuve que ir a muchos actos, atender a mucha gente. Y eso impidió que estuviera metido al ciento por ciento en el tenis. Todo eso te despista un poco. Y puede que sí, que la fama hiciera que me olvidara de entrenarme.
P. ¿Cree que la fama puede llegar a hacer perder la humildad?
R. Yo he visto casos, muchos casos, en el tenis. En otros deportes no los conozco. Gente joven que llega arriba y de la noche a la mañana no es que te dejen de hablar, pero quieren que les trates casi casi de usted. En mi caso, no lo sé. Puede que haya perdido un poco de humildad, pero no hasta el extremo de que la gente diga 'ese tío es un tonto'.
P ¿Puede afectarle en el futuro la derrota, que sufrió ante Herrera en, la Copa Davis?
R. Me sentí mal durante dos o tres días. Después lo pensé fríamente y llegué a la conclusión de que hay cosas mucho peores: una enfermedad, por ejemplo. Son gajes del oficio. Me quedé en blanco. Pero ahí no se acaba el mundo. Es sólo un partido importante. Y lo que debo hacer ahora es centrarme de nuevo en mi carrera y ganar encuentros.
P. ¿Cree que puede repetir la final de Roland Garros que alcanzó en 1994?
R. Lo voy a intentar por todos los medios. Me quedan muchos años. Será difícil. Pero al menos espero hacer buenos Roland Garros y llegar lejos en este torneo, que es mi preferido
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.