20 años de reinado
SE CUMPLEN hoy 20 años del reinado de don Juan Carlos. El 22 de noviembre de 1975, el entonces Príncipe de España juro su cargo ante las Cortes franquistas, cuya lealtad al nuevo monarca había solicitado, en su testamento el general fallecido dos días antes. Era el comienzo de un reinado, pero no todavía de la Monarquía parlamentaria. Esa transformación de lo que había nacido desde el franquismo fue, el resultado de la confluencia de factores diversos, incluyendo tal vez la casualidad o la buena suerte; pero uno de, esos factores, decisivo, fue la voluntad del nuevo monarca de ser el rey de todos los españoles y no sólo de una parte de ellos, como pretendía quien seis años antes le había designado su heredera.El reconocimiento de los demócratas españoles a don Juan Carlos no deriva, por tanto, únicamente de su papel en el sofocamiento de la intentona golpista de 1981. Esa intentona le produjo precisamente porque las decisiones del Rey no habían sido las esperadas por los golpistas y demás nostálgicos del franquismo. Le habían aceptado "desde la emoción en el recuerdo de Franco", como dijo el presidente de las Cortes, Alejandro Rodríguez de Valcárcel, al tomarle juramento. Como heredero del fundador del régimen, don Juan Carlos se convirtió, de acuerdo con la Ley Orgánica de 1966, en jefe de las, Fuerzas Armadas y del Movimiento -partido único- con poder para sancionar decretos-ley, convocar referendos nacionales y nombrar y cesar a, los presidentes del Gobierno y de las Cortes y otras potestades.
Al poner en marcha los mecanismos que conducirían a la reforma política, que a su vez abrirá el camino al proceso constituyente, el Rey renunciaba a ejercer tales poderes: tomaba decisiones -la preferencia por Fernández Miranda cómo presidente de las Cortes, y luego de Suárez como presidente del Gobierno, entre otras- cuya dinámica conducía a convertir su reinado en, una Monarquía parlamentaria. Así pues, si bien la inicial desconfianza de la oposición estaba justificada, la realidad desmintió sus temores y confirmó, por el contrario los de los ultras del franquismo. El 23-F, don Juan Carlos no es que se pasase al lado de los demócratas, sino que defendía unas instituciones a cuyo nacimiento había contribuido y de las que ya para entonces derivaba la legítimidad de su reinado.
Los datos que estas últimas semanas estamos rememorando(a veces conociendo por vez primera) con motivo del aniversario, desmienten cualquier pretensión de inevitabilidad: por mucho que la sociedad española se hubiera modernizado y por grande que fuera la madurez de, los ciudadanos, las cosas pudieron haber rodado de muchas otras maneras, sin excluir desenlaces indeseables para la convivencia; como mínimo, el, proceso de democratización pudo haber sido, mucho más largo y costoso sin la decisión de don Juan Carlos de convertirse en rey constitucional de todos, sin exclusiones previas, y legitimado por procedimientos democráticos.El alto aprecio por el Rey que reflejan las encuestas publicadas estos días demuestra que acertó en su decisión: aquello que resultó mejor para el país era también lo mejor para la institución que representa.
El aniversario es una buena ocasión para recordarlo frente a los doctrinarios que siguen negando legitimidad al actual sistema alegando una mancha de origen que sólo considerarán lavada si el destino les concede (a ellos) una segunda oportunidad; pero también frente a quienes, tras haber aceptado la voluntad de Franco como criterio de legitimidad, cuestionan ahora la de los gobernantes democráticamente elegidos con el alegato de que resultados como los de las elecciones catalanas están "fálsificados" por el control de los medios, de comunicación y los "pesebres y prebendas" dependientes de la Generalitat.
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