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ENTIERRO DE GUTIÉRREZ MELLADO

Adiós al general que "vivió al servicio de la paz"

Los restos del capitán general y ex vicepresidente del Gobierno Manuel Gutiérrez Mellado fueron despedidos ayer con un funeral en el Cuartel General del Ejército, en una ceremonia de escasísima solemnidad, pese al rango jerárquico, político e histórico de Gutiérrez Mellado, fállecido el viernes en accidente de tráfico, a los 83 años. Los políticos que protagonizaron la transición y todos los asistentes rompieron en aplausos cuando el féretro era introducido en el furgón mortuorio. La ovación cesó para que se escuchara una salva de fusilería y se reanudó al apagarse el eco de la descarga. El ex vicario general castrense Emilio Benavent hizo en su homilía una semblanza de un militar "al servicio de la paz entre los españoles"

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Las duras condiciones atmosféricas del viernes llevaron la ceremonia al salón de embajadores, en el interior del cuartel, en lugar del patio del recinto, lo que impidió a buena parte de los asistentes y la totalidad de los informadores seguir en directo la ceremonia.El general falleció a las 12.40 del viernes, tras un accidente de tráfico en el kilómetro 115 de la N-II, cuando se dirigía de Madrid a Barcelona para pronuciar una conferencia sobre Las Fuerzas Armadas y la transición democrática. El fallecimiento se produjo durante su traslado al hospital General Universitario de Guadalajara. Las lesiones pulmonares que sufrió como consecuencia del hundimiento de la parrilla costal le causaron la muerte.

Benavent, gran amigo de Gutiérrez Mellado, pronunció una homilía en la que, fiel al espíritu conciliador del general -"hizo de su profesión un deber de asegurar la paz", dijo-, utilizó un lenguaje desprovisto de cualquier aspecto que enconase los recuerdos, pero citó alguno de los momentos claves de la actuación de Gutiérrez Mellado.

Su gesto de gallardía en el Congreso, el 23 de febrero de 1981, frente al golpista Antonio Tejero y los guardias que le acompañaban, lo resolvió Benavent con el sugerente apunte de "los que le vieron de pie, sin que pudieran doblegarle hombres más fuertes que él", para resaltar de inmediato que fue "un hombre valiente que puso su valentía al servicio de la paz".

"Pocos hombres he conocido que sirvieran tan heroicamente la paz de su patria", dijo el ex vicario general castrense, que destacó esa faceta como el "ejemplo impresionante que nos deja". La obsesión por la paz de,Gutiérrez Mellado la dibujó el obispo como una dedicación a la "paz de su patria", para concretar que le preocupó "la patria del pueblo, la patria de la gente sencilla, la patria de los trabajadores".

La parte final de la homilía estuvo dedicada a la última ocupación del capitán general como presidente de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, tarea a la que se dedicó tras vivir la tragedia de un compañero, general del Ejército, con un hijo enganchado a la heroína. "Noble, valiente, generoso y desprendido" fueron los calificativos del oficiante para esta actitud de Gutiérrez Mellado en ayuda de la juventud marginada por la droga.

El funeral concentró en el Cuartel General del Ejército a un numeroso grupo de personalidades. Además de la cúpula militar, el Gobierno estuvo presente con cuatro ministros. Pese a celebrarse la última sesión de la cumbre europea, además del ministro de Defensa, Gustavo Suárez Pertierra, estuvieron presentes los titulares de Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba; de Trabajo, José Antonio Griñán, y de Comercio, Javier Gómez,Navarro.

Adolfo Suárez, que presidiá, los gobiernos, en los que Gutiérrez Mellado ocupó la vicepresidencia, acudió a la ceremonia vistiendo riguroso luto y acompañado de su esposa, Amparo Ilana. Fernando Abril Martorell, también vicepresidente en gabinetes de UCD, estuvo durante el funeral con gesto muy abatido, y los ex ministros de aquella época Salvador Sánchez Terán, Luis González Seara, Ignacio Bayón, Luis Ortiz, José Luis Leal y Manuel Jiménez de Parga, así como el ex presidente socialista del Congreso Gregorio Peces-Barba y el ex diputado de UCD y del PP Miguel Herrero.

Madrid, sede del Cuartel General, estuvo representado por su alcalde, José María Álvarez del Manzano, y el presidente de la Comunidad, Alberto Ruiz Gallardón, y el mundo sindical contó con la presencia del líder de UGT, Cándido Méndez.

La memoria del general logró concentrar a todos los ministros de Defensa vivos de la democracia: junto al actual titular de la cartera estuvieron Alberto Oliart, Narcís Serra y Julián Garcia Vargas. Un buen número de altos militares ya en el retiro asistieron vestidos de paisano, como los tenientes generales Emilio Villaescusa, Miguel Miguez del Moral o Álvaro Lacalle.

Las altas instituciones estuvieron representadas por el jefe de la Casa del Rey, Fernando Almansa -don Juan Carlos y dona Sofía acudieron el viernes a la capilla ardiente, lo mismo que el presidente del Gobierno, Felipe González-; el presidente del Tribunal Constitucional, Álvaro Rodríguez Bereijo; el del Consejo General del Poder Judicial, Pascual Sala; el del Consejo de Estado, Tomás de la Cuadra, junto con todos los miembros de este organismo, del que era miembro Gutiérrez Mellado, y el fiscal del Estado, Carlos Granados.

Políticos en activo

José María Aznar, presidente del Partido Popular, acudió acompañado de los dirigentes de su partido Gabriel Cisneros y Rafael Arias Salgado. Por parte del PSOE, hicieron acto de presencia el secretario de organización, Cipriá Ciscar, junto a Francisco Fernández Marugán y, Enrique Curiel. Rosa Aguilar, portavoz parlamentaria, y el diputado Diego López Garrido representaron a IU.Poco antes de las once y media los restos del capitán general fueron conducidos al cementerio de Villaviciosa de Odón (Madrid), localidad de la que el general era "hijo predilecto" y en la que pasaba largas temporadas. El entierro tuvo carácter íntimo, pero asistieron personalidades como el propio Suárez, Abril Martorell o el ex presidente del Congreso con UCD Landelino Lavilla, y miembros de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, como Jesús de Polanco, presidente de PRISA, o- el presidente de la Fundación Príncipe de Asturias, Plácido Arango. También acudieron vecinos de Villaviciosa, que aplaudieron al ser inhumado el féretro.

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