Vehemencia para ganar

La vehemencia es el requisito imprescindible para salir airoso de un careo. La pasión que se ponga en las afirmaciones o en las negativas, independientemente de la verdad, tiene gran incidencia a la hora de la valoración del careo. El único antídoto contra esta receta es abrumar al contrario con una avalancha de datos interrelacionados y coherentes que permitan sostener una versión a prueba de balas. Pero eso no suele ser corriente. Lo habitual es que sea la palabra de uno contra la de otro, y en esas circunstancias los jueces tienden a dar la razón al que más arrojo demuestra.Los careos, según los juristas, no suelen servir para nada en la inmensa mayoría de los casos, puesto que los careantes se suelen encastillar en sus posturas y es difícil que se pongan de acuerdo.

La mecánica es simple. El juez expone a los que se carean las contradicciones existentes en sus respectivas declaraciones y cada una de ellas es un punto de careo. A continuación, cada uno de ellos debe dirigirse al otro para intentar convencerle de que está en un error y defender con datos y argumentos la propia versión. Si ninguno consigue su propósito el careo terminará sin avenencia.

Los letrados pueden pedir al juez que se profundice en alguno de los puntos de careo, y el magistrado debe decidir si se hace o no.

Finalizado el careo, el magistrado debe hacer constar cual de los careados mostró mayor firmeza o si hubo avenencia.