EI PP rebasa en Andalucia, Cataluña y Euskadi los resultados de UCD más AP
, José María Aznar ha roto, al frente del Partido Popular, todos los techos electorales en los que su antecesor, Manuel Fraga, rebotó una y otra vez. Pero el actual presidente del PP ha conseguido algo más, rebasar las posiciones electorales conjuntas de UCD y AP en Andalucía, Cataluña y Euskadi, las tres comunidades autónomas en las que los resultados suelen serle más adversos. Este dato es el que acarician los expertos electorales del partido, porque abre la puerta al sueño de la mayoría absoluta.
UCD nunca la consiguió, pero mientras gobernaban los centristas la derecha acudió a las urnas por su cuenta. En las próximas generales, una sola opción de centro-derecha intentará ocupar todo el hueco electoral de UCD y AP.De paso, con sus avances, Aznar y los suyos han pulverizado el argumento de que no podían ser alternativa de gobierno porque carecían de presencia significativa en comunidades históricas, que se utilizaba profusamente como parte del análisis, desde el PSOE, hace no más de tres años.
El fenómeno es más relevante en Cataluña y en Andalucía, porque el ascenso de los populares en la convocatoria electoral tradicionalmente más adversa, la autonómica, ha ido acompañado de un fuerte crecimiento de la participación. Pero el mayor número de votantes activos no ha ayudado al partido en el poder (CiU en Cataluña o el PSOE en Andalucía). Simplemente ha amortiguado su caída.
En Cataluña, Alianza Popular partía en las primeras autonómicas de 1980 de posiciones literalmente marginales. Obtuvo 64.119 votos (el 2,3% del total). Centristes de Catalunya-UCI) consiguió 287.610 (10,54%). Sumados ambos, eran 351.729 votos (12,8%), algo menos de las 419.932 papeletas (13,09%) que cosechó el PP en noviembre pasado.
La comparación sugiere que el PP de Aznar ha conseguido recuperar el espacio electoral del extinguido partido centrista y sumarlo al de la derecha pura y dura que AP representaba en 1980. El efecto de la mayor participación queda claro si se comparan los resultados del PP entre las últimas autonómicas y las inmediatamente anteriores. Pasó de 157.231 votos a 419.932. Multiplicó los sufragios por 2,67 entre una convocatoria y otra, pero el reflejo en porcentaje sólo, se multiplicó por 2,17 (del 6,03% al 13,09%).
También en Euskadi el PP parece haber ocupado en las últimas autonómicas (octubre de 1994) la totalidad del espacio electoral que consiguieron UCD y AP cada una por su lado en las primeras, en 1980. UCD tuvo entonces 78.130 votos (8,4%), y Coalición Popular, 43.853 (4,7%). Sumados son 121.983 (13,10%). El PP recibió en 1994 146.930 votos (14,16%).
En esta comunidad no se registró un aumento significativo de la participación en las últimas autonómicas. En consecuencia, el ascenso del PP tiene un registro matemático en su posición porcentual. Sus 83.735 votos en 1990 significaban el 8,20%, y los 146.930 de 1994 representan el 14,16%.
En Andalucía, la principal bolsa de votos socialistas desde octubre de 1982, las primeras autonómicas se celebraron ese mismo año. Coalición Democrática-AP tuvo 484.474 votos (17%), y UCD, 371.154 (13%). En total, 855.628 (30%). El PP consiguió en las últimas autonómicas, en junio del año pasado, 1.238.252 votos (34,36%).
En 1982, UCD estaba muy cerca ya de su fase terminal, lo que explica que quedara por detrás de AP. Una parte de su electorado se había desviado hacia la derecha, pero la incapacidad manifiesta de ésta para atraer a todos los descolgados provocó que otra parte del electorado centrista evolucionara hacia el PSOE.
Aun teniendo en cuenta este efecto, la ocupación del antiguo espacio electoral del centro y la derecha resulta evidente también en Andalucía, si se compara el resultado del PP en las autonómicas de 1994 con el total de votos de UCD y CD-AP en las generales de 1979. Ambos partidos sumaron hace 16 años 1.019.120 papeletas, el 35,8%. Los resultados del PP en las autonómicas de 1994 prácticamente calcan los de 1979, con el 34,36 y 1.238.252 votos.
Doblar los votos
Igual que en Cataluña, en Andalucía las últimas autonómicas registraron un aumento muy notable de la participación para este tipo de convocatorias. Influyó su celebración simultánea con las europeas, pero es probable también que las fuerzas de la oposición, PP e IU, consiguieran movilizar a sectores habitualmente abstencionistas al hacer verosímil un objetivo concreto, como la pérdida de la mayoría absoluta de los socialistas.
Como consecuencia del aumento espectacular de la participación, el hecho de que el PP doblara los votos entre 1990 y 1994 (de 611.225 a 1.238.252) se refleja en una evolución bastante más moderada del porcentaje (del 22,20% al 34,16%). De todas formas, el PP en Andalucía reforzaba su posición de segunda fuerza, siempre en convocatorias autonómicas, mientras en Cataluña ha pasado a ser la tercera y en Euskadi ocupa la cuarta plaza, empatada a escaños con Herri Batasuna.
Aznar, de precampaña
José María Aznar dedicará los meses de precampaña a visitar las comunidades autónomas donde la presencia política del PP es menor y a reforzar su imagen internacional. Mantendrá el ritmo de sus comparecencias en Andalucía y Cataluña, comunidades ambas que ha frecuentado hasta las autonómicas catalanas del pasado noviembre.En el apartado internacional, Aznar viaja en enero a Londres, donde tendrá contactos con el Gobierno del Reino Unido y reuniones con agencias de inversión. Semanas después visitará Nueva York con un programa de actividades fundamentalmente económico.
Aznar quiere aprovechar el interés que suscita en ámbitos internacionales la posibilidad de una victoria del PP para dar garantías de estabilidad a los medios financieros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.