Los piratas se rendirán en Estambul
El comando turco que el martes capturó el barco Avrasya, cerca de 200 personas a bordo -la mayoría rusos- en el puerto de Trabzón, en el mar Negro, llegó ayer a un principio de acuerdo con las autoridades turcas, según el cual el comando se rendirá y dejará libres a los rehenes al llegar a Estambul, donde tiene previsto su arribo mañana, y después de una conferencia de prensa, informaba anoche la agencia Anatolia. Uno de los guerrilleros declaró: "Nuestro único deseo es que las fuerzas de seguridad no intervengan. No somos. asesinos". Los guerrilleros habían amenazado previamente con hacer volar por los aires al transbordador si Moscú no cesaba el ataque a Pervomáiskoie permitiendo que los lobos solitarios de Salmán Radúiev cruzaran la frontera daguestana, y si no retiraba las tropas de Chechenia.Las autoridades rusas -que culpan a Ankara de haber ignorado las advertencias de Moscú sobre la actividad de los independentistas chechenos en Turquía- pusieron ayer en estado de alerta a la Flota del Mar Negro, que tiene su base principal en Sebastopol (Ucrania). Los barcos de guerra están listos para participar en una operación de rescate si fuera necesario. El primer ministro ruso, Viktor Chernomirdin, envió ayer un telegrama a la primera ministra turca, Tansu Çiller, en el que aseguraba que Moscú "está preparado para tormar las medidas indispensables para que las fuerzas de seguridad rusas intervengan en la liberación de los rehenes".
Los nietos de Shamil, como se denomina el comando turco, dieron a entender que liberarían a los 37 turcos que hay en el barco en el puerto de Sinop, segun manifestaron las autoridades portuarias de Sansun, a cuya altura llegó ayer el Avrasya, pero finalmente decidieron no hacer escala en Sinop y seguir hacia Estambul. Los secuestradores tienen más de cuatro kilos de explosivos pegados al cuerpo: "Suficiente para volar por los aires nosotros y el barco", según dijeron por teléfono.
Mohamed Tokçan, jefe de los nietos de Shamil, combatió al lado de los abjazos en 1993 contra los georgianos en el batallón checheno comandado por Shamil Basáiev, el guerrillero que en junio del año pasado entró a sangre y fuego en la ciudad rusa de Budiónnovsk y, después de hacerse fuerte en el hospital local con más de 1.000 rehenes, regresó triunfal a Chechenia. El Parlamento abjazo afirmó tener datos de que algunos miembros de la tripulación del barco, incluido el capitán, estaban confabulados, con los secuestradores.
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