No fui golpista

En un artículo firmado por Miguel Ángel Aguilar bajo el título Labrarse un pasado (16-1-96), se cita mi nombre en términos calumniosos que deseo rectificar. Textualmente, se dice en dicho artículo que la Fundación Cánovas del Castillo "seleccionó para su seminario sobre cuestiones de defensa y seguridad a muchos de los más connotados golpistas que anidan en la reserva de las Fuerzas Armadas, coordinados por el coronel Eduardo Fuentes Gómez de Salazar, promotor del pacto del capó con Tejero". Ante esta lesiva información debo puntualizar:1. Soy coronel de Infantería y Estado Mayor, en reserva, y en mis 39 años de actividad profesional mi hoja de servicios no registra una sola sanción por faltas o delitos, ni la justicia me acusó de irregularidad delictiva alguna. Así, resulta de todo punto infundado el calificativo de golpista que parece asignárseme en el contexto informativo.

2. El 24 de febrero de 1981, bajo expresas órdenes de mis mandos, participé personalmente en las gestiones realizadas para desalojar las Cortes de sus ocupantes. Me satisface haber contribuido al desenlace incruento de un grave y penoso episodio de nuestra historia y no podría entender que tal intervención, minuciosamente expuesta en mi obra El pacto del capó, resultara reprochable desde una perspectiva democrática.

3. Porque siento un profundo interés por cuanto, se refiere a la milicia acepté gustoso la participación en el seminario organizado por la Fundación Cánovas del Castillo sobre cuestiones de defensa. En él encontré un distinguido numero de compañeros, de categoría y prestigio superiores a los míos que aportaron sus experiencias al análisis de la problemática militar contemporánea. Entre ellos no conozco la existencia dé ninguno de los "connotados golpistas" a los que se alude en el artículo sin la menor identificación.

4. Como puede comprobarse en la publicación que recogió las conclusiones del seminario, la coordinación del mismo correspondió al profesor, miembro de la Fundación, Herman Hoehling. A mí se me encomendó la modesta y burocrática función de secretario que, tradicionalmente, se asigna al más moderno en empleo de los participantes.-