En libertad los detenidos tras el suceso por tener coartada

Cuatro jóvenes detenidos como sospechosos de haber cometido el incendio intencionado contra el albergue de asilados extranjeros de Lübeck, en el que hasta ahora han muerto 10 personas, quedaron poco antes del mediodía de ayer en libertad. La Fiscalía de Lübeck declaró en conferencia de prensa que los cuatro tenían una coartada y dio a entender que estaban a esas oras e a madrugada del jueves involucrados en otro hecho delictivo, al parecer un robo de coches.

Al mismo tiempo, la policía declaró que no se han podido determinar hasta ahora con certeza las causas del incendio. Se investigan todas las hipótesis y no se excluye que el siniestro se produjera como consecuencia de un accidente en la casa donde ocurrió la tragedia.

El fiscal de Lübeck, Klaus-Dieter Schultz, cometió ayer durante la conferencia de prensa lo que puede considerarse como un clásico error freudiano. Mientras el jefe superior de policía, Winfried Tabarelli, se había referido con sumo cuidado al incendio e insistía en que no se descartaba ninguna posibilidad y en que se estaban explorando todas las vías, al fiscal se le escapó referirse al "atentado incendiario". Esto equivalía a reconocer la intencionalidad de las llamas y provocó la casi inmediata rectificación del policía Tabarelli al fiscal Schultz, quien se apresuró a reconocer su error.

Los cuatro sospechosos detenidos el jueves pudieron demostrar que a las 3.20 de la madrugada se encontraban en una gasolinera y tan alejados del refugio incendiado que no habrían tenido tiempo para cometer el crimen. Con esto se viene abajo un elemento importante para atribuir el suceso a elementos ultras. La policía se afana por esclarecer el origen de la catástrofe y, por si se trata de un hecho criminal, ofrece una recompensa de 50.000 marcos (4,2 millones de pesetas) a quien denuncie a los culpables.