Baigorri compro el billete para Santo Domingo antes de su fuga
El empresario madrileño Álvaro Baigorri Arina, de 60 años, compró un billete de avión con destino a Santo Domingo (República Dominicana) días antes de simular su secuestro, el 15 de enero, segun relató la noche del viernes. Ese día reapareció en una gasolinera en el centro de Ocaña (Ciudad Real). En su primera declaración, ofrecida por la mañana, dijo que había sido secuestrado en Barajas por tres hombres que le robaron 10 millones y le narcotizaron con una inyección. Esta versión no convenció a los funcionarios del Grupo de Secuestros y Extorsiones, que revisaron el maletín del empresario. Dentro hallaron un papel que delataba su estancia en la República Dominicana. Desde la isla se confirmó la sospecha: un español llamado Juan Alvaro Baigorri había estado alojado en los últimos días en el hotel Carabela, cerca de Santo Domingo.
Simulación de delito
Con este dato, los agentes acudieron por la noche al domicilio de Baigorri en la calle de Juan Esplandiú. Llevaban una orden de detención por simulación de delito. El empresario se derrumbó en el segundo interrogatorio y ofreció otra versión de su periplo. También aseguró que semanas antes de su desaparición había recibido varias llamadas telefónicas con amenazas, incluso de muerte, si no pagaba ciertas sumas de dinero. En el último aviso telefónico, a primeros de enero, su anónimo interlocutor le exigió el pago de 10 millones de pesetas, que debería entregar en el mostrador de una compañía aérea en Barajas, siempre según la declaración de Baigorri.
Confesó que el miedo le había llevado días antes de su desaparición a preguntar en una agencia de viajes por los vuelos a Santo Domingo. Compró un billete. El 15 de enero, siempre según el relató de Baigorri a la Policía Judicial, se dirigió al aeropuerto. Su intención era viajar a Barcelona, donde tenía que efectuar un pago de 10 millones de pesetas relacionado con su concesionario de automóviles. En Barajas sospechó de tres desconocidos. En el bolsillo guardaba el pasaje para la República Dominicana.
En minutos cambió las escalerillas del avión de Barcelona por el vuelo del Caribe. A las once de la mañana partió hacia el aeropuerto de Punta Cana. En Santo Domingo se alojó en el hotel Carabela. El lunes 22, a las seis de la tarde (hora local), tomó un avión de regreso a Madrid. En Barajas tomó tierra sobre las siete de la mañana del día 23. Durante el vuelo hojeó un periódico y se enteró de su secuestro. La noticia aumentó su nerviosismo. En vez de regresar a su casa, se dirigió a la estación de Chamartín y tomó un tren hacia Almería. Se hospedó en el hotel Costa del Sol hasta el día 25, cuando viajó en tren hasta Alcázar de San Juan (Ciudad Real). Desde allí se fue en taxi a Quintanar de la Orden (Toledo), donde durmió en un hostal. El viernes por la mañana telefoneó a su familia, que lo recogió en Ocaña.
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