Y al la fin sobró la nieve
Los Mundiales de Sierra Nevada tratarán de rentabilizar desde el día 11 los más de 160.000 millones invertidos
Un año después todo es tan distinto que no parece el mismo lugar. Los XXIV Campeonatos del Mundo de esquí alpino, que comienzan el domingo, debieron haberse disputado del 29 de enero al 12 de febrero de 1995, pero la falta de nieve y las altas temperaturas que incluso impidieron su fabricación artificial acabaron con todos los esfuerzos de una organización ejemplar. Tres días antes de la inauguración se tomó la dolorosa decisión de postponer unas competiciones que podían haber comenzado, pero ante las previsiones de verano invernal que se mantenían resultaba imposible garantizar su fin en el plazo previsto de dos semanas. La suspensión una vez comenzadas las pruebas habría sido mucho peor: definitiva e irrecuperable.. En el fondo, todo el mundo salió beneficiado y el único culpable fue la naturaleza. El panorama desértico que rodeaba a los hilos de nieve de las pistas mantenidas casi milagrosamente con los cañones de nieve funcionando de día y de noche habría sido una publicidad nefasta para el deporte blanco No la quería la Federación Internacional de Esquí (FIS), que tampoco hubiese podido organizar unos Mundiales alternativos en tan poco tiempo. La estación italiana de Sestriere organizará. los de 1997 y tiene pistas sobradas, pero difícilmente podía improvisar el circo para 12 pruebas durante 15 días. Por todo ello, tampoco hubo demasiada necesidad de que altas instancias como el presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, por ejemplo, convencieran a uno de sus vicepresidentes, el suizo Marc Hodler, presidente de la FIS, de que el mejor negocio para todos era la suspensión y plantear ya Sierra Nevada 96. Las pérdidas calculadas en la hostelería han sido de 1. 500 millones de pesetas, aunque existía un seguro de 800. Pero el apoyo del Gobierno y de la Junta de Andalucía, que han gastado desde el aplazamiento otros 3.000 millones, se ha mantenido. No se podía tirar por la borda el trabajo de cinco años, con inversiones en infraestructuras en la provincia y en la zona superiores a los 160.000 -84.000 del Gobierno Central y 77.000 del Andaluz- Sin duda, una apuesta propagandística más tras los Juegos de Barcelona y la Expo de Sevilla. Es la revancha de Andalucía Oriental, que incluso hasta el último momento -en diciembre- mostró por boca del alcalde de Granada, sobre todo, su enfado contra la Junta porque faltaban 2.000 millones. Llegaron, pero no como subvenciones, sino ampliando su capital en Cetursa, la empresa que gestiona la estación. La intención de recuperar lo invertido es clara, algo que tampoco ha gustado "porque no se hace en otros puntos de Andalucía", según un concejal granadino.
Discutible o no, la máquina de los Mundiales ya es imparable. Mucho antes de que empezara a olvidarse el desastre, o de que se temiera su repetición, el tiempo cambió brutalmente, al igual que en el resto de España, como si todas las rogativas hubiesen sido contestadas a la vez. Ha caído nieve de sobra sin pedirla y aunque también la lluvia se llevó parte a finales de diciembre no ha habido problema alguno para confirmar por fin a Sierra. Nevada como sede de la máxima competición del esquí aparte de los Juegos Olímpicos.
Por el camino, eso sí, han vuelto a quedar las denuncias de grupos como el de IU-Los Verdes sobre los daños irreparables producidos en el ecosistema del Parque Natural de Sierra Nevada, donde sólo en obras se han invertido más de 50.000 millones. Y aunque los Mundiales puedan ser un éxito de organización, deportivamente volverá a ser una lástima. España deberá esperar más que un milagro para brillar entre las estrellas extranjeras. La familia Fernández Ochoa sólo estará entre bambalinas.
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