El Sevilla sigue su escalada

El Sevilla logró ayer tres objetivos. Ganó por primera vez en 1996 en su estadio. Ratificó su triunfo de la pasada semana frente al líder, y. metió al Sporting en zona peligrosa, además de igualarle en la Liga particular. Un magnifico gol de Moya abrió la costosa victoria sevillista, que se fraguó a falta de cinco minutos con el 2-0 de Marcos. El partido, para olvidar. Ambos equipos rivalizaron en errores y nervios. Y el resultado fue que ganó el menos malo, o el que lo intentó más veces. El Sporting, disminuido durante 45 minutos por la expulsión de Avelino, ni se acercó a Monchi.La primera mitad fue nefasta. El juego se desarrolló lejos de las áreas, y en esa zona apenas pudo verse dos combinaciones seguidas. El Sevilla sólo se acercó a Ablanedo en jugadas a balón parado, fundamentalmente en saques de esquina, donde la estatura del cancerbero gijonés otorgaba ocasiones de peligro a los andaluces. Y es que antes de comenzar el partido ya se presagiaba que éste se jugaría sin opción al divertimento. Al Sevilla le faltaba Suker, lesionado, y Novoa se presentó en el Sánchez Pizjuán sin Salinas y sin Lediakhov, dos de sus mayores argumentos en esta Liga. Con estas premisas, el resultado fue un encuentro jugado de forma espartana, con miedos y nervios, sin apenas un detalle de calidad, salvo el gol de Moya.

Al descanso se llegó con un balance rayano en el ridículo. El Sevilla sólo había obligado a intervenir a Ablanedo en un córner lanzado por Petkovic -ayer mejoró el serbio- y en un disparo de Jiménez que Iván sacó bajo los palos. Otras dos jugadas fueron trascendentes para el resumen extra futbolístico. Bango cortó con la mano en el área un centro de Moya que Barrenechea no castigó. El colegiado si optó, sin embargo, por aplicar la ley a base de tarjetas, nueve en, total, que dejaron con uno menos al Sporting -Avelino- al borde del descanso.

El Sevilla aprovechó la ventaja numérica nada más comenzar el segundo periodo. Moya, el mejor ayer, desniveló el partido en una jugada individual que concluyó con un gol de banderas. Al público del Sevilla le bastó sólo eso para estallar en júbilo. La castigada afición sevillista saltaba de sus asientos. Y es que el triunfo sevillista se valoraba ayer en términos matemáticos. Espárrago lo advertía en la víspera haciendo números. "Victoria en Madrid frente al Atlético, triunfo frente al Sporting, y, el domingo próximo... la visita del Athletic, de Stepanovic". Nueve puntos con los que el técnico uruguayo cuenta y sueña para salvar al Sevilla de la zona de los miedos.

Con el 1-0 el Sevilla se dedicó a conservar el resultado y aguardar la reacción' asturiana. Pero el equipo de Novoa. no tuvo respuesta. La expulsión derrotó al equipo astur, en el descanso.

El tiempo trascurrió con continuas interrupciones. Siete minutos se alargó el primer periodo y en la segunda mitad apenas se jugó media hora. El Sevilla pudo sentenciar a 10 minutos del final en otra jugada que acabó con remate de Moya, pero Ablanedo hizo su mejor intervención ante ese disparo.