Una multa envenena la rivalidad deportiva

El origen fue una multa de tráfico. Un formulismo tan simple que se envenenó con una airada bronca y que ha terminado salpicando la eterna rivalidad entre el Betis v el Sevilla a escasas fechas del derbi. El agente de a Policía Local sevillana que el pasado sábado detuvo y denunció al entrenador del Betis, Loenzo Serra Ferrer seguidor y socio el Sevilla. Por ese camino tan pantanoso ha llevado el dueño del equipo verdiblanco, Manuel Ruiz de Lopera, la indefensión de su técnico ante agente "tan rencoroso", por más que el policía se haya esforzado en separar sus aficiones de su profesión."El agente que maltrató a nuestro entrenador, el amigo de los béticos, el hombre que tiene al Betis donde lo tiene, ahí arriba peleando por Europa, ese agente es sevillista. Él y toda su familia. Todo el suceso y la mentira que ha dicho sobre la agresión que ha sufrido no es más que el dolor de los 21 puntos de diferencia. No hay que darle más vueltas", afirma Lopera.

El suceso no ha quedado aclarado. Su trámite se encuentra en las dependencias de un juzgado sevillano. El atestado policial señala que Serra Ferrer insultó y agredió al agente tras discutir por una multa con que éste había sancionado el vehículo del entrenador bético. El técnico acabó en los calabozos de la Jefatura de la Policía Municipal, donde estuvo detenido cuatro horas.

Serra Ferrer sólo reconoce su "acaloramiento", pero fue acusado de haber insultado y propinado una patada al agente, argumento que ayer se apresuró a respaldar oficial mente la Delegación de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Sevilla. Serra Ferrer fue detenido y, denunciado por "atentado contra un agente de la autoridad en el ejercicio de sus funciones y falta contra el orden público". En una nota oficial, la Policía Local también recuerda que "la obligación de respetar a los agentes de la autoridad es igual para todos los ciudadanos". El Betis, por su parte, ha engordado el caso: ayer delegó en el abogado sevillano Juan Manuel Mauduit -quien fuera presidente del Betis- la presentación de una querella contra el policía por "abuso de autoridad".

Y no queda ahí la cosa. Al calentamiento del derbi Sevilla-Betis, que está a la vuelta de la esquina (será el día 28, domingo de feria), se une la feroz postura de Ruiz de Lopera, que cargó contra la alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril, a quien declara culpable subsidiaria del altercado, deslizando, además, que también tiene más simpatías por el Sevilla.

"Desde este momento, no queremos nada con este Ayuntamiento. Con esta alcaldesa no le va bien al Betis. Para ellos somos todavía los pobres de la ciudad, ya que con un equipo [el Sevilla] se volcaron en agosto". Con ello, el consejero delegado del Betis aludió al apoyo que recibió el Sevilla por parte del Ayuntamiento de la capital para evitar su descenso a Segunda División B el pasado verano por el escándalo de los avales.

El envenenamiento ha terminado por contagiar a los ciudadanos. Ayer, varias emisoras de radio recogían las versiones de la calle. Al margen de quienes defendían la tesis de Lopera -esto es, el "rencor del policía sevillista"-, muchas otras personas sacaron a relucir experiencias desagradables con agentes municipales. Un testigo de lo

hechos, denunciado también por el mismo funcionario municipal minutos antes del altercado con el técnico del Betis, se identificó como M. V., y relató: "El policía fue chulesco y despreció a Serra Ferrer, si bien éste se comportó después fatal. Yo no vi agresión ni escuché insultos, aunque el entrenador del Betis dijo mierda en mallorquín", su primera lengua.El suceso amenaza la tranquilidad de un derbi que se acercaba sin señales de vida. La distancia sideral que separa al Betis del Sevilla en la clasificación (21 puntos) ha enterrado la Liga particular desde! hace ya muchas fechas. Sin más ingredientes a la vista que el morbo de la sufrida tesitura sevillista, el duelo se ha envenenado.

El consejo de administración del Betis emitió anoche una nota de prensa en la que desmiente punto por punto el comunicado hecho público por el Ayuntamiento de Sevilla, al que acusa de emplear "métodos dictatoriales" al imputar delitos a Serra Ferrer sin darle el beneficio de la presunción de inocencia. El Betis considera que los hechos del aeropuerto se debieron a la actitud chulesca, provocadora y maledicente" del policía local, que abusó "de porra, placa y pistola". Los responsables del equipo consideran que este perfil de policía "es el que mejor se adecua" a las exigencias del Ayuntamiento.