La inflación rusa se situó en abril al nivel más bajo desde 1992, cuando se iniciaron las reformas económicas
La inflación registrada en Rusia durante el pasado mes de abril ha sido la más baja desde el inicio de las reformas económicas de 1992, al situarse en el 2,2%, según anunció ayer el Comité de Estado de Estadística. Desde principios de año, los precios al consumo han aumentado un 12,4% y, si se mantiene este ritmo hasta finales de año, la inflación rusa podría estabilizarse en torno al 35%, mayor que la programada en el Presupuesto, pero netamente inferior a la registrada en años anteriores: un 133% en 1995 y un 300% en 1994.
Los expertos advierten, sin embargo, que esta situación puede ocultar las últimas alegrías presupuestarias del Gobierno ruso, estimuladas por las elecciones presidenciales, y que tardarán meses en verse reflejadas en los precios.
El déficit presupuestario supone cerca del 8% del producto interior bruto (PIB) en los tres primeros meses del año, mientras que el FMI quiere que éste se sitúe por debajo del 5% anual.
Cotización del rublo
Las inversiones se han paralizado prácticamente desde principios de año y la producción ha descendido un 3% en el primer trimestre, mientras que los analistas esperaban un avance.
El rublo, por su parte, se mantiene relativamente estable frente al dólar, aunque de manera cada vez más artificial. Por eso, el Gobierno de Borís Yeltsin prevé adoptar próximamente un decreto por el que se haría más flexible la horquilla de fluctuación frente a la divisa norteamericana, según declaró ayer el vice primer ministro, VIadímir Kadannikov. "A partir de la publicación del decreto, en dos o tres semanas, la evolución del rublo dependerá de la inflación real, de las reservas de oro y del mercado interior de cambios", afirmó.
Desde el pasado mes de julio y hasta finales de junio, la cotización del rublo ha estado totalmente indizada respecto al dólar entre dos precios, máximo y mínimo, previamente establecidos. Esta horquilla estaba totalmente justificada y. ha jugado un importante papel en la lucha para disminuir las tensiones inflacionistas, señaló Kadannikov. Pero. también ha supuesto una disminución de los ingresos de los exportadores rusos, lo que, a su vez, repercutió negativamente en los ingresos fiscales del Gobierno y a la fragilidad del Presupuesto", añadió.
Los mercados financieros rusos, por otra parte, están muy nerviosos ante la posibilidad de una victoria comunista en las próximas elecciones presidenciales de junio y se resisten a prestar más dinero al Estado, según confirmaron diversos operadores.
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