El jurado de Valencia condena al acusado de allanamiento de morada
La fiscal asegura que el veredicto fue más duro que el de un juez
Un jurado relajado y atento escuchó la versión de Hilaria Peón García en la segunda sesión, celebrada ayer, del primer juicio con jurado de Valencia también el testimonio de sus dos hijas y del novio de una de ellas, que estaban en el chalé de la familia en Gilet (Valencia) cuando el acusado, Antonio Millán, irrumpió en el salón rompiendo un ventanal el 23 de diciembre de 1995. Hilaria negó rotundamente, la versión de Antonio, que asegura ser el padre de las jóvenes. Al final, el jurado declaró a Millán culpable de allanamiento de morada con un veredicto que, según la fiscal, fué más duro que el que habitualmente dicta un juez profesional.
Alrededor de tres horas tardó ayer el jurado de Valencia en declarar culpable a Antonio Millán Mayor, de 55 años por allanamiento de morada. Los miembros del jurado, cinco mujeres y cuatro hombres, recomendaron que no se dé al acusado la posibilidad de cumplir la pena en libertad (remisión condicional). Sin embargo, el jurado pidió para Millán un indulto parcial, al considerar que la pena pedida -entre 1 y 4 años de cárcel- es excesiva.Tras la lectura del veredicto, el acusado, llorando, dijo que no se había hecho justicia con él. Durante el juicio, Hilaria negó rotundamente que entre ella y Antonio existiera algo más que una amistad y una breve relación comercial que surgió de la "lástima" que sintió por él. Hilaria recalcó que las jóvenes no son hijas de Antonio y que si en algún momento las inscribió con el apellido de él fue porque era madre soltera.
El acusado, visiblemente afectado por estas declaraciones, empezó a murmurar y a revolverse en su asiento, lo que le valió una dura reprimenda por parte del magistrado-presidente del tribunal, Juan Luis de la Rúa.
Antonio Millán no soportó la tensión y aprovechó un receso posterior para pedir permiso para ausentarse. El juicio continuó sin él. No regresó hasta que la fiscal y los abogados presentaron sus conclusiones. Y es que ayer todos los testimonios le fueron desfavorables.
El acusado dijo que rompió el ventanal al huir. Las hijas de Hilaria confirmaron el relato de la madre. A pesar de la insistencia de Miguel Angel Mateo, abogado de Antonio, mantuvieron que el acusado no es su padre.
El abogado destacó que existían contradicciones entre esta declaración y la que habían realizado recientemente las tres mujeres en otro juicio contra Millán. El director de un colegio público de Sagunto y el párroco de Gilet confirmaron que las jóvenes habían estado inscritas con el apellido Millán.
La fiscal, que pidió un año de prisión, calificó de "absurda" la historia del acusado y resaltó sus contradicciones. Alfredo Báguena, acusador particular, abundó en la tesis de la fiscal y pidió que el jurado pensara en el terror" que había sufrido la familia.
La defensa recalcó que Antonio perseguia una paternidad no reconocida y que fue el único herido en el suceso. Como última palabra del juicio, el acusado pidió "una prueba de paternidad". De la Rúa le contestó que eso no tenía nada que ver con el juicio.
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