Juez por un día

Muchos no habían tenido ni siquiera un contacto con la Administración de justicia. La mayoría no tenían idea de lo que iba a ocurrir en la sala, y su noción del jurado se imitaba a la visión televisiva. Por eso, algunos de los ciudadanos que esta semana han ejercido de jueces por un día confiesan que acudieron a la cita escépticos, pero, obre todo, muy nerviosos. La que fue portavoz del tribunal popular que juzgó un homicidio en Palencia, Natividad Lorente, confiesa abiertamente que sintió un miedo "atroz" al entrar en la sala. Esa primera sensación se fue diluyendo no sólo en Natividad, sino en todos sus compañeros, a medida que asumían el papel y, sobre todo, se centraban en lo que tenían que juzgar. Finalizada la experiencia, tanto los jurados de Palencia como los de Barcelona coincidieron en una cosa: ser jurado es un ejercicio de responsabilidad y una experiencia interesante y satisfactoria"."Esto no se me va a olvidar en la vida, porque es una cosa muy seria", resumió Natividad.

Otro miembro de ese jurado, Rogelio Amador, también recuerda los nervios iniciales. Este juez por un día reconoce que el papel del magistrado presidente, a la hora de formular las cuestiones del veredicto y la actitud del fiscal y del abogado, es muy importante. "En nuestro caso, nos hicieron el trabajo muy fácil, porque se esforzaron en hablar con un lenguaje normal y no el propio de los técnicos juristas. Creo que bajaron su nivel"

Pero, ¿y si te equivocas, si cometes un error? La pregunta en la conciencia de todos "Creo que todos lo pensábamos, pero no lo comentamos", apunta Rogelio. Natividad, dos días después de emitir el veredicto de culpabilidad, dice que está tranquila, pero que el sentí do de responsabilidad permanece ahí: Es que un caso de homicidio, de una muerte, es muy seno apunta. Quiere dar un consejo a los ciudadanos que sean seleccionados jurados: "Que no vayan con miedo, porque es una experiencia interesante y además compartida".

En Palencia, el juicio se resolvió en un solo día, incluido el veredicto de culpabilidad contra Ángel Antolín Reguero por matar a su hermano Manuel. En Barcelona, en cambio, se necesitaron dos jornadas. Así que la experiencia en la capital catalana fue más intensa, incluyendo el hecho de ser conducidos a un hotel para dormir y permanecer aislados esa noche. Luego siguieron siete horas de deliberación que acabaron con un veredicto de culpabilidad por amenazas y violación de domicilio.Que nueve personas no se conozcan en absoluto y tengan que pasar dos días untas y parte de ese tiempo aisladas provoca una reacción de comunicación. Por eso, en Barcelona, algunos miembros del jurado se intercambiaron números de teléfono al salir del Palacio de Justicia. Contaron que hubo momentos para todo: "Angustia, no; y responsabilidad, sí", definía Angel Ferriols, portavoz del jurado de Barcelona y peluquero de profesión. Todos quedaron satisfechos del trato y la infraestructura preparada. El coste total del primer jurado de la capital catalana rondó el medio millón de pesetas, entre dietas a los jurados, alojamiento y comidas.

"Yo no repetiría", termina Ángel Ferriols, "pero creo que muchos ciudadanos deben pasar por la experiencia".