"No he podido hacer más" dice Pepín Liria

El torero Pepín Liria se mostraba, una vez finalizada la función, muy disgustado con el juego de los toros del marqués de Domecq. "Vine con mucha ilusión, esperaba mucho de esta corrida, pero ya lo ha visto todo el mundo el juego que ha dado", manifestaba. "Yo no he podido hacer más de lo que he hecho".El tercer toro fue "el típico engañabobos", según Liria. "De salida, ya con el capote, el toro no quería ni quedarse, huía y no paraba", dice. "En el caballo no se ha empleado y en la muleta tampoco. De uno en uno, podías pegarle todos los pases que quisieras, pero si le obligabas para intentar ligarlos, protestaba".

El sexto, "muy soso, frío, sin clase, sin decir nada", afirma el torero. "En el caballo lo he picado muy poco, pero no ha servido luego para nada".

Pepin Liria -a quien le resta una tercera corrida en esta feria, el jueves, con los toros de Dolores Aguirre- asegura que el viento ha molestado mucho durante la lidia. "Pero sin viento, tampoco hubiésemos visto mucho", dice. "Los toros encastados embisten con viento y sin viento, y éstos no han embestido".

Oleadas de aire

El responsable de la ganadería, Gonzalo Domecq, estaba de acuerdo con el torero pero sólo en un punto, en que los tres espadas se vieron perjudicados durante todo el festejo por las incesantes oleadas de aire. Pero discrepaba con Liria en el juego dado por sus toros. "Los toreros han tenido que desarrollar la lidia en unos terrenos muy cerrados a tablas", dice el ganadero. "Si se les hubiera podido lidiar más afuera, hubieran dado mejor juego".La corrida no le había defraudado a Domecq. "Es verdad que no ha roto con claridad ningún toro", afirma, "pero tampoco se puede destacar negativamente a ninguno. A la corrida, quizá, le ha podido faltar un punto de alegría. No ha salido ningún ejemplar excepcional, pero el juego, en conjunto, ha sido aceptable".

El ganadero destacaba el toro lidiado en segundo lugar. "Tal vez haya sido el más completo pues ha desarrollado nobleza y se ha movido con alegría", afirma. "Aunque, al tener que torearlo Juan Mora cerrado en tablas, el toro no ha podido desarrollar ahí todo lo que llevaba dentro, que yo creo que era bastante clase".

Domecq señalaba una segunda condición en el desarrollo de la corrida, la actitud del público. "Ha habido un ambiente contrario al éxito de los toreros", dice.

El sexto toro de la corrida fue protestado por parte de la plaza por no tener, en apariencia, los pitones limpios. Según manifestó el presidente del festejo, José María Sánchez García, en el reconocimiento de la mañana el toro presentaba unos pitones limpios y muy astifinos, pero en el enchiqueramiento derrotó varias veces con los burladeros de los corrales y se estropeó levemente las astas.